25 de enero de 2022, 8:07 AM

Bernal Fonseca - Empresario, comunicador, presentador y productor televisivo.

La democracia defiende y sostiene la soberanía del pueblo y el derecho que tiene a elegir y controlar sus gobernantes. Esto se consigue a través de la participación activa e informada de las personas.

No tengo la intención de hacer una oda a la democracia o dedicar estas líneas a su recorrido histórico y evolutivo en el país. Lo que si me propongo compartir con ustedes es cuestionarnos si ese ideal llamado democracia está siendo trabajado con la intencionalidad que necesita de parte suya y mía, quienes hacemos que exista.

Durante los últimos meses de campaña electoral, los temas se desbordan y conforme se acerque el domingo 6 de febrero seguirán fortaleciéndose algunos y apareciendo otros; la sobreoferta de candidaturas y la confusión que genera en el electorado, encuestas confiables y otras con intereses particulares, imágenes y videos caricaturescos en redes sociales con sed de conseguir votos y más, pero lo que no podemos dejar pasar es el acecho creciente del mayor enemigo de la democracia, el abstencionismo.

Hace unos días observé una campaña en redes sociales que invitaba a que “no nos pelara Costa Rica”, pero vayamos más allá, no es cuestión de si “nos pela” o no, es que las bases de nuestra idiosincrasia se fundamentan en si usted decide participar o solo ver qué sucede, para luego tener insumos hacia la formulación de la chota, y otro elemento de la identidad tica, serruchar el piso.

En esta democracia, ¿usted es participante o beneficiario?

Ser participante quiere decir que usted invierte tiempo en investigar, consultar, compartir posiciones con otras personas y tomar decisiones con criterio que le harán llegar a las urnas con una intencionalidad clara de construir democracia.

Ser beneficiario se limita a esperar para ver qué pasa o ni siquiera prestarle atención al momento que nos rodea. Le prepara para recibir lo que otras personas decidieron sin importar si usted lo cataloga como bueno o malo.

Ahora, no se asuste, esto no solo pasa en Costa Rica o en el ámbito electoral, pasa diariamente en cualquier área de su vida. En su trabajo, su familia, su comunidad, su pareja o grupos de amigos; cada uno de estos escenarios se ve marcado por su respuesta a la pregunta inicial.

Y mi reflexión final es que quizás lo que denominamos como abstencionismo, es simplemente el reflejo de una sociedad en la que dejamos de ser intencionales en nuestras vidas y pasamos a ser beneficiarios, dejando una puerta enorme y apetecible para quienes desean sacar provecho de ello con la manipulación, capitales económicos de dudosa procedencia y “jugarretas” dentro de un sistema obsoleto a cambio de favores particulares.

Esta era de la humanidad se basa en la colaboración, el desarrollo de conocimiento colectivo y la multiconectividad de todas las personas, se basa en los principios democráticos. Entonces, ¿participante o beneficiario?

Sigamos creando criterio en conjunto y recuerden que si desean compartir conmigo sus puntos de vista pueden hacerlo al correo [email protected] o a través de mi perfil en LinkedIn.