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La donación de sangre en animales es una práctica que cobra cada vez mayor relevancia en Costa Rica. Aunque durante años fue un procedimiento poco común, hoy se considera esencial en emergencias médicas, tanto en perros como en gatos.
Así lo explicó el veterinario Wilson Joel Bonilla, de la Universidad Nacional, quien aseguró que el país cuenta con colegas especializados en bancos de sangre animal.
“La donación de sangre en animales es cada vez más común en el país. Ya existen colegas que trabajan con un énfasis en bancos de sangre, principalmente en perros y gatos”, comentó Bonilla.
En el caso de los felinos, existen tres grupos sanguíneos (A, B y AB). El 90% de los gatos en Costa Rica pertenecen al grupo A; sin embargo, es indispensable tipificarlos antes de cada procedimiento.
“Al igual que en humanos, pueden darse reacciones graves si no se coloca el tipo correcto. Por eso, cada donación debe realizarse con el tipo de sangre adecuado”, advirtió el especialista.
En el caso de los perros, la tipificación más importante es la del grupo DEA 1, que determina si el animal es positivo o negativo. “Es crucial establecerlo, porque una transfusión incompatible puede provocar reacciones peligrosas”, recalcó.
No todas las mascotas pueden ser donadoras. En los perros, los requisitos incluyen:
Tener entre uno y seis años de edad.
Pesar al menos 25 kilos.
Estar clínicamente sanos y libres de enfermedades parasitarias.
No haber recibido transfusiones previas.
En estas condiciones, un perro puede donar 450 mililitros de sangre cada tres o cuatro meses de manera segura.
En los gatos, el peso mínimo es de 4,5 kilos. También deben tener entre uno y seis años, estar al día con vacunas y desparasitaciones, ser estrictamente caseros y dar negativo a leucemia felina e inmunodeficiencia felina. Su capacidad de donación es de 60 mililitros por sesión.
“Para que la donación de sangre sea lo más segura posible en el caso de los felinos, tiene que ser un gato totalmente casero, sin acceso al exterior ni contacto con gatos de la calle”, puntualizó Bonilla.
“En perros la extracción puede hacerse mientras el animal está despierto y tranquilo. En gatos, generalmente se necesita sedación ligera. En ambos casos se busca que el entorno sea sereno, sin ruidos ni estrés”, explicó el veterinario.
Después de la donación, la mascota debe permanecer en reposo, con agua disponible y un alimento que disfrute. El objetivo es asociar la experiencia con un refuerzo positivo.
“Lo que buscamos es generar refuerzo positivo. Que la donación se asocie con una experiencia agradable ayuda a que las próximas veces sea más fácil y menos estresante para la mascota”, señaló.
“La transfusión de sangre salva vidas. Muchas veces es la única intervención que puede mantener estable a un paciente y sacarlo de un cuadro crítico”, aseguró Bonilla.
Además de salvar a otros, la práctica también beneficia a los propios donadores, ya que estimula su sistema de producción sanguínea y garantiza chequeos veterinarios periódicos.
Bonilla concluyó con un llamado a los dueños responsables:
“Cada donación no solo salva vidas, también es una oportunidad para garantizar que nuestra mascota esté sana. Los animales que donan pueden convertirse en verdaderos héroes para otros que luchan por sobrevivir”.