La moción, meramente simbólica, fue votada 10 días después de que los opositores derechistas radicales del Congreso fracasaran en su intento de destituir a Castillo.
La medida, que de inmediato provocó expresiones de rechazo en las redes sociales, implica dejar encerrados en sus casas el martes a los 10 millones de habitantes de Lima y el Callao.
Tras un debate de más de ocho horas de duración en el Congreso, solo 55 legisladores votaron a favor de la destitución, pero se requerían 87 para ser aprobada.
"Yo llamo al pueblo peruano y a la comunidad internacional para que, de una vez por todas, activemos la Carta Democrática", dijo el gobernante.
Una parlamentaria denunció a María del Carmen Alva de sostener una reunión con nueve diputados más para afinar una estrategia que buscaba "sacar a Castillo de Palacio de Gobierno".
En sus primeros seis meses en el poder, el presidente ha dado la impresión de no estar a la altura de la tarea y da constantemente munición a quienes lo acusan de gobernar de forma improvisada.
Castillo, que asumió el poder hace apenas cuatro meses, quedó en entredicho por un escándalo de supuesta injerencia del gobierno en los ascensos militares.
Castillo, un maestro rural de 52 años que ganó un reñido balotaje en junio frente a la derechista Keiko Fujimori, lleva 120 días de mandato acosado por la oposición y pugnas en el oficialismo.
El nuevo presidente, que asumió este miércoles, llega al cargo en un clima de gran polarización y con un Congreso dividido.
"Es la primera vez que este país va a ser gobernado por un campesino", destacó en su primer discurso ante las autoridades.
Castillo obtuvo 44.263 votos más que Keiko Fujimori, según las cifras finales.
Esta es la segunda denuncia sobre presunta corrupción que enfrenta el mandatario peruano, quien superó en septiembre una moción de destitución en el Congreso.
