Por Luis Jiménez 9 de agosto de 2025, 8:00 AM

El uso de criptomonedas ha ganado popularidad no solo en Costa Rica, sino más bien en todo el mundo, tanto para fines legítimos como para actividades delictivas. 

El anonimato que ofrecen y la facilidad con la que permiten mover fondos internacionalmente las han convertido en una herramienta atractiva para organizaciones criminales, estafadores y cibercriminales.

Federico Vásquez, supervisor de la Sección Especializada contra el Cibercrimen del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), advierte sobre la evolución de los delitos relacionados con activos digitales y llama a la ciudadanía a informarse antes de invertir.

“Las criptomonedas están por todo el mundo, si se van a meter en este mundo de inversión se debe de analizar un poco y estudiar más el tema. Muchas personas no analizan que este es un riesgo y está en juego el dinero”, manifestó Vásquez.

Según el funcionario, el primer caso en el país donde se solicitó un rescate de un rehén pagando con criptomonedas ocurrió en 2015. Desde entonces, la criminalidad ha mutado.

“La criminalidad relacionada con las criptomonedas ha evolucionado: primero fueron secuestros, luego por medio de ransomware, luego extorsión, robos, acceso no autorizado o hackeo, homicidios (por casos de criptomonedas) e ingeniería social, y actualmente legitimación de capitales y estafa informática”.

"Las cifras preocupan porque hay un aumento en el ritmo anual de casos de 1950%”, dijo Vásquez.

Las modalidades delictivas son cada vez más variadas. Estafas por sitios web falsos, inversiones ficticias, manipulación de precios, esquemas piramidales, entre otros, afectan a personas de todas las edades y niveles socioeconómicos.

“Hay personas que han pagado más de 10 millones de colones en criptomonedas por un perro luego de que no verificaron el sitio web donde ingresaron y nunca les llegó el perro”, señaló Vásquez.

Según el agente judicial, uno de los métodos más utilizados actualmente es el engaño a través de relaciones virtuales.

“Muchas personas buscan pareja en internet y durante el enamoramiento virtual el delincuente lo induce a invertir en criptomonedas. La persona inició con alguien que quería conocer como pareja y terminó invirtiendo sus ahorros, su pensión y perdió todo el dinero. Esto es algo muy común, no ocurre solo en Costa Rica sino a nivel mundial.

“El hecho de que no exista una regulación contra las criptomonedas no significa que no se pueda investigar”, manifestó Vásquez.

Uno de los mayores desafíos es el uso de criptomonedas en el lavado de dinero. Los delincuentes convierten fondos ilícitos en criptomonedas, las dispersan entre múltiples billeteras digitales (técnica conocida como layering) y luego las cambian nuevamente a monedas tradicionales, dificultando su rastreo.

Además, el OIJ advierte sobre el uso de estas monedas en delitos comunes como estafas informáticas. Muchas veces las víctimas creen estar participando en inversiones legítimas y terminan siendo parte de operaciones ilegales.

“Yo creo que estoy comprando y vendiendo, pero me están pagando con dinero mal habido y mi cuenta bancaria es bloqueada por recibir dinero robado de otra persona”. contó Vásquez.

Otro peligro es confiar en señales superficiales de seguridad en los sitios web.

“Se deben de buscar referencias positivas del sitio web y no solo confiar en el candado que aparece en el URL porque muchos delincuentes pagan por tener ese candado en su sitio web falso”, agregó Vásquez.

Para no ser víctima de una inversión en criptomonedas que termine en estafa o fraude, el OIJ le pide a los ciudadanos informarse, verificar, y desconfiar de promesas de ganancias rápidas o relaciones virtuales que derivan en solicitudes de inversión.

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