¿Quiénes son los desempleados en Costa Rica?
Si es mujer, joven, vive fuera de la GAM y no habla un segundo idioma, es más probable que esté desempleado. Estas son las características que comparten los 264 mil costarricenses en este sector.
El informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), que recoge los datos de desempleo entre diciembre 2022 y febrero 2023, señala que 256 mil personas en Costa Rica están desempleadas.
Un artículo publicado por el programa Estado de la Nación desglosa las principales características que comparten las personas dentro del sector desempleado. A continuación repasamos algunas de ellas.
El lugar donde viva y los idiomas que hable
“Encontrar un empleo de calidad es, cada vez, más dificil”. Con esta frase abre el documento de Estado de la Nación, el cual empieza por señalar las características que se presentan con mayor frecuencia entre las personas desempleadas.
Si la persona cumple con más de una de las características mencionadas, la situación se torna aún más compleja.
Ser mujer, o joven, tener un bajo nivel educativo, vivir afuera de la Gran Área Metropolitana (GAM), no hablar un segundo idioma y carecer de conocimientos en computación son las condiciones que más prevalecen entre la población desempleada.
De esta manera, si se habla de una mujer joven, que además es madre, vive en una comunidad rural y no ha completado la secundaria, las probabilidades apuntan a un futuro con dos alternativas: el desempleo o un trabajo de mala calidad.
Así las cosas, también queda en evidencia la preocupante brecha de género que se registra en nuestro país.
“En Costa Rica, al igual que en la región latinoamericana, las mujeres participan menos en el trabajo con remuneración económica, pues muchas de ellas se dedican al trabajo doméstico (tareas del hogar y cuido de personas).
"Las mujeres representan el 54% del desempleo y el 64% de las personas que no buscan empleo (están fuera de la fuerza de trabajo)”, apunta Estado de la Nación.
La población joven
Los costarricenses entre los 15 y 35 años se enfrentan a un panorama aún más desalentador, ya que representan un 61% de la población desempleada y apenas un 40% de la fuerza de trabajo.
Estas cifras ya empiezan a mostrar su impacto en las conductas y el consumo de los jóvenes, entre las más marcadas se encuentra la edad de independización.
Hace algunos años, las cifras del INEC reportaban que la edad media en la que los jóvenes se independizaban y pasaban a vivir solos era a los 21 años. Sin embargo, en pocos años, dicha cifra cambió.
El promedio ahora ronda los 26 años, y las razones revelan mucho sobre el estado de nuestro país y sobre el comportamiento de consumo entre las nuevas generaciones.
El precio de los alquileres es uno de los primeros señalados como causa de este cambio. Han llegado a ser tan altos, que su precio frena el deseo de muchos jóvenes de vivir solos.
Tomando en cuenta que el 50% de los trabajadores del sector privado ganan menos de ₡400 mil mensuales y que, en promedio, el alquiler de una vivienda roza los ₡350mil, no es sorprendente que la opción esté fuera del panorama para los jóvenes empleados.
