18 de octubre de 2021, 9:00 AM

Carlos Aguirre / Consultor Desarrollo Humano Estratégico.

Son muchas las características que le pediríamos a un presidente de la república. En medio de casi treinta personas aspirando a dirigir el destino de Costa Rica, ¿cuáles podrían ser las habilidades de liderazgo con las que los aspirantes deben contar o que los ciudadanos debemos buscar?​

El liderazgo que nos trajo hasta el 6 de marzo del 2020 no nos va a llevar más lejos. El peligro de la pandemia es continuar actuando con una lógica del ayer, la cual era muy buena para ese mundo, pero que ya no es lo que solía ser. Los retos actuales son sumamente diferentes y se requiere un líder con una serie de cualidades, que coloquen a este país en la esfera mundial de la competitividad y la excelencia. Para conseguir esto se necesita elegir al líder correcto.

El oficio de liderazgo requiere de una amplia gama de habilidades, particularmente a nivel ejecutivo. Los ejecutivos deben ser tanto estratégicos como tácticos, capaces tanto de ver el panorama general como de prestar atención a los detalles cuando corresponda. Ellos necesitan ser asertivos, pero humildes, y aptos para ofrecer ideas audaces. Asimismo, estos líderes deben ser estratégicos y relacionales, preparados para tomar decisiones difíciles mientras prestan atención al lado humano de las personas que lideran.

Las implicaciones para el futuro del liderazgo son profundas. El mundo multimodal está cambiando las habilidades para liderar equipos. En particular, hay cuatro roles que los líderes deberán desempeñar a medida que se adaptan a la gestión de un mundo diferente: 

Rol de conductor.  El papel es similar al de un director de orquesta, quien se asegura de que los músicos toquen bien individualmente y en armonía. En el rol de conductor, los líderes administran el establecimiento de metas, la planificación simple, la toma de decisiones, la coordinación del trabajo y el seguimiento del progreso, mientras mantienen la conexión, la confianza y el compromiso con los miembros del equipo.

Para tener éxito en esta función, los líderes deben encontrar el equilibrio adecuado entre demostrar un cuidado y unos compromisos genuinos.

Rol de catalizador. Estimula la colaboración, la creatividad y la innovación. La persona que ejerce este rol crea una cultura compartida y fomenta la dedicación. Para lograr esto, dichos líderes deben generar confianza y crear un entorno de seguridad psicológica. Hacerlo les permite facilitar un diálogo profundo y fomentar el conflicto creativo, pero no los choques de personalidad dañinos, pues se comparten las ideas. Usamos el término “catalizador” para indicar que el enfoque aquí es permitir que otros brillen y facilitar los procesos de colaboración.

Rol de entrenador. Al trabajar uno a uno con sus informes, de forma virtual o en persona, los líderes deben desempeñar el papel de coach. Esto significa que ellos necesitan enfocarse en ayudar a su gente a lograr el máximo desempeño mientras generan confianza y se concentran en su bienestar y desarrollo profesional. Ejercer este papel de manera efectiva, requiere de un alto grado de inteligencia emocional y la capacidad de establecer un equilibrio entre mostrar empatía y alentar a las personas a ir más allá de sus límites. 

Rol de campeón. Requiere que los líderes aseguren los recursos del equipo, aprovechen las fuentes de información esenciales, comuniquen los logros y generen confianza en sus pares y otras partes interesadas clave, tanto en persona como virtualmente. El rol de campeón, por lo tanto, implica habilidades para negociar, influir sin autoridad formal y construir alianzas.

¿Será que todos cumplen estas características? ¿Cuáles son los más cercanos a estas? ¿Qué pasa si el candidato está lejos de estas competencias necesarias para dirigir el destino de la empresa más importante que tenemos todos, nuestra Costa Rica?

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