9 de mayo de 2022, 8:00 AM

Carlos Aguirre / Consultor Desarrollo Humano Estratégico.

De acuerdo con Deloitte (2020), si bien el 70 % de los profesionales piensa que el uso de las plataformas de colaboración en línea aumentará en el futuro, la virtualidad también conlleva una serie de limitantes, ya que la distancia puede “reducir la confianza de los miembros del equipo en un 83 %, la capacidad de innovar en un 93 % y el compromiso en un 80 %” (Deloitte, 2020, p. 8). De esta forma, ahora más que nunca, la manera en que un líder maneja su equipo de trabajo es esencial para garantizar el éxito de la organización.

En general, el liderazgo en la era digital conlleva una serie de competencias distintas aunadas a las que tradicionalmente se conocen. De acuerdo con Butler (2020), existen cinco grandes competencias que deben ser desarrolladas por un líder: en primer lugar, se encuentra la habilidad para el pensamiento analítico, que es crucial porque los procesos de negocios se han digitalizado y la toma de decisión está basada en datos correctamente contextualizados. Luego, el pensamiento computacional implica el entendimiento de las tecnologías que permean todos los entornos laborales, incluyendo el trabajo con múltiples formas de inteligencia artificial.

En tercer lugar, Butler (2020) menciona la colaboración virtual como una competencia esencial en esta nueva normalidad, donde líderes deben minimizar el costo de oportunidad para generar colaboraciones a lo interno y externo de las organizaciones. Seguidamente, la cuarta competencia es denominada adaptabilidad flexible, pues hace referencia a la necesidad de asimilar que la realidad está en constante cambio y, por ello, es fundamental contar con una actitud positiva y un profesionalismo de mente abierta. Finalmente, en quinto lugar, está la habilidad de aprender de forma independiente, ya que es responsabilidad de los líderes averiguar qué es lo que se necesita saber y dónde encontrar dicho conocimiento; se trata de un proceso de educación continua requerido en un contexto donde el conocimiento cambia constantemente.

En el tema específico del manejo del personal, los ajustes que deben implementar los líderes organizacionales para mantener la motivación en sus equipos en la era digital. Se requieren chequeos constantes con cada uno de los miembros del equipo, donde es fundamental emplear la opción de video para así mantener contacto visual con las personas, pues métodos más impersonales, como el correo electrónico o las llamadas telefónicas, no permiten captar las pautas de comunicación no verbal.

Prueba de lo anterior son los hallazgos del psicólogo Albert Mehrabian, quien encontró que en situaciones en que la comunicación verbal es altamente ambigua, “solo el 7% de la información se atribuye a las palabras, mientras que el 38% se atribuye a la voz (entonación, proyección, resonancia, tono, etc.) y el 55% al lenguaje corporal (gestos, posturas, movimiento de los ojos, respiración, etc.)” (Corrales, 2011, p. 49). Ante las limitaciones impuestas por la distancia, se deben aprovechar las herramientas tecnológicas al máximo para compensar la falta de cercanía física al momento de comunicarse.

En tiempos anteriores a la pandemia de la COVID-19, cuando el trabajo era generalmente presencial, era común entablar charlas informales antes de comenzar el trabajo en grupo, lo cual servía como una forma de socializar y fortalecer la cohesión del equipo. Ahora, en la virtualidad, la autora afirma que es importante mantener este tipo de conversaciones sobre temas externos al trabajo, pues esto permite la comunicación a un nivel más humano.

Es fundamental reforzar la comunicación de las prioridades, de manera que el mensaje esencial permanezca en la mente de los colaboradores, especialmente en los tiempos de incertidumbre. Por ejemplo, se puede empezar el día con una reunión por videollamada y luego mandar un correo electrónico recapitulando los puntos más importantes. Asimismo, un buen líder constantemente solicita retroalimentación de su equipo sobre cómo trabajar de manera más efectiva bajo este nuevo contexto y cuáles son las necesidades que se deben abordar.