16 de marzo de 2022, 7:19 AM

MSc. Henry Álvarez/ Consejero familiar y matrimonial, conferencista.

Definamos primero carácter, es lo que realmente soy y determina lo que hago. Se dice que el talento es un don, el carácter es una elección que también tengo que cultivar.

Es importante saber que el carácter se prueba en la dificultad, en la crisis, es allí donde se revela lo que yo soy, lo que tengo realmente adentro y que no se ve, pero que saldrá a manifiesto cuando estoy pasando alguna crisis.

¿Cómo formamos el carácter?

El carácter se forma en las crisis de la vida, es allí donde se revela verdaderamente el carácter, de qué material estoy hecho, y es donde se revela lo que realmente soy. Es interesante ver cómo el platero trabaja la plata, todo el proceso que lleva esa piedra en sus manos hasta convertirla en una pieza de plata… tiene que llevarla a un punto hasta buscar su rostro en ella, y el fuego es el único elemento que él usa. De igual forma, las crisis son como el fuego que nos prueba, para ver de qué material somos hechos, es por eso que son necesarias, y se requiere de un proceso, no hay otra manera para formar nuestro carácter.

El  carácter es lo que hace que la gente lo respete, porque te da el otro elemento que se llama credibilidad y es lo que la gente necesita en los líderes para seguirlos. Es en las crisis donde crecemos y nos desarrollamos como personas.  

Hay tres formas de liderar, el propósito es que luego de leerlas, nos ayuden a evaluar al líder que estamos siguiendo.

1. Liderar desde la posición: La posición me da la autoridad. Pero recuerden solamente el carácter crea la influencia. Cuando se emplea la posición para liderar y no el carácter nos convertimos en un líder tirano y el pueblo lo sigue por temor y por admiración. Hoy tenemos muchos de esos líderes que necesitan reconocimiento y aprobación, como dijo alguien una vez, “cuando mi papá está en una boda, él quiere ser la novia, y cuando está en un entierro, él quiere ser el cadáver”.

Hay líderes que lideran desde su posición, someterse a su posición sin carácter es un desastre, ese sentimiento de admiración no existe, la admiración la da el carácter del líder. Recordemos que el liderar es influenciar y dependerá de su carácter, porque el carácter brinda confidencialidad.  Se necesitan líderes de influencia que brinden  confidencialidad y confianza.

2. Liderar desde el poder: El poder somete a la persona, y la persona lo hace por temor, cuando el líder lidera desde el poder que le da la posición, muchas veces revela orgullo, es todo lo contrario, el líder humilde no anhela poder, está para servir, para ayudarlos a crecer y a desarrollar sus capacidades. Algunas características del que lidera desde el poder son:

  • Se enoja fácilmente cuando se le cuestiona.
  • Gobierna solo, todo lo quiere hacer solo y tener el control de todo por su inseguridad.
  • No le gusta rendir cuentas a nadie, y cuando se le cuestiona se enoja.
  • No desarrolla líderes, porque se siente amenazado.
  • Su mayor interés son los resultados y no las personas.
  • El clima laboral muy hostil, con un personal cansado y desanimado.  

3. Liderar desde la personalidad.  La personalidad de un líder nunca debe ser la fuente legítima de influencia. El carisma es la parte externa, pero no lleva a las personas a una profundidad, no produce cambios significativos en la familia, en la sociedad ni en el trabajo. Hoy en día abundan esos líderes que tienen un buen carisma, con una personalidad muy fuerte, pero cuando empezamos a ver cuánto están afectando la vida de sus seguidores es muy poco. Como dijo alguien, “los políticos con sus palabras defienden al pueblo, pero con sus hechos los defraudan”.

La importancia de liderar desde la integridad.

Definamos qué significa integridad: “adherencia firme a un código de valores, una condición no alterada, una condición de estar completo no dividido, libre de erro”.  

“La reputación es aquello que los demás piensan que somos. La integridad es lo que somos realmente”, John C. Maxell.

Hay que entender tres cosas cuando hablamos de integridad:

1. Integridad implica discernimiento de lo bueno y de lo malo.

2. Integridad implica congruencia entre lo que hablo y lo que vivo.

3. Integridad implica demanda de una identificación pública de lo que yo creo. Miedo a la reacción, lo que yo creo en lo privado, lo afirmo en lo público.

La integridad en algún momento va a estar puesta a prueba, tiene un costo, es aquí donde se revela el verdadero carácter de un líder, y es cuando decide no  violar la integridad, la integridad sale a relucir en la crisis. Esto se llama liderar desde la integridad, que no está dispuesto a negociar los valores y sus principios.

Integridad involucra el  corazón, la  mente y la voluntad, tu corazón va a tener el deseo y le dice a tu mente lo que quiere hacer. Es la integridad lo que debe decirle a la mente y al corazón lo que tiene que hacer. La integridad genera confianza, credibilidad y seguridad. En estos tiempos donde ha habido tanta corrupción, el pueblo necesita líderes que gobiernen con integridad y para eso se necesita carácter.  Así es como John Maxwell describe la integridad: “es quién eres cuando nadie te está viendo”. Eso es por lo que todos deberíamos esforzarnos, por ser íntegros, porque produce credibilidad.

La integridad me permite poder vivir una vida que puede decir, no tengo nada que probar, nada que temer y nada que esconder. Las huellas que vas dejando en el camino son huellas de integridad, será la mayor influencia, su mensaje es bueno, sus obras son mejores, pero lo mejor de todo es su vida, su carácter, cómo vivió, cómo modeló. ¿Dónde están esos líderes? Nuestro pueblo los necesita. Votemos este 3 de abril con responsabilidad, inteligencia y con buen juicio.