10 de octubre de 2022, 16:52 PM

​​​Carlos Aguirre / Consultor Desarrollo Humano Estratégico.​​​​

El "quiet quitting" o la renuncia silenciosa es el arte de no tomarse el trabajo demasiado en serio, sobre todo para los trabajadores de la generación Z, quienes han contribuido a que el término se haga viral en TikTok.

La COVID-19 ha alimentado el estrés, el agotamiento y la caída del compromiso entre los colaboradores. Este regreso a la normalidad o a la nueva normalidad ha implicado tiempos difíciles: primero ocurrió la gran renuncia, cuando los trabajadores prefirieron renunciar a sus trabajos antes de abandonar lo bueno que esta pandemia les había dado respecto a cómo se ejecutan los trabajos. Ahora se habla de la renuncia silenciosa, ya que muchos se han dado cuenta de que quieren o les gustaría continuar trabajando como lo hicieron en tiempos de pandemia; sin embargo, el regreso a las empresas se ha vuelto inminente y no todos se pueden dar el lujo de renunciar en épocas donde tampoco es fácil conseguir un trabajo.

Este regreso a la vida laboral, como era antes de la pandemia, se encuentra lleno de retos para los que dirigen a personas, entre ellos, el continuar manteniendo equipos de alto desempeño o rendimiento en medio de la transición que se está experimentando. La vida laboral debe seguir dentro de las empresas o en nuestras propias casas, pero lo interesante en estos tiempos es cómo lograr ese compromiso con las cuatro generaciones que hoy trabajan juntas en las empresas.

Un gran reto para los directores de Recursos Humanos es lograr el compromiso de los colaboradores en esta nueva forma de trabajar más híbrida. Hoy más que nunca se debe lograr esa conexión mediante tiempos extramuros para así, al menos, conocerse o ponerles un rostro a los correos electrónicos.

¿Cuáles son las estrategias que se pueden seguir para mitigar, o de ser posible erradicar, la renuncia silenciosa, entendida como una modalidad que no viene a aportar nada a un mundo laboral que está nuevamente empezando a andar? A continuación, las citamos:

  • Fomentar ese equilibro entre la vida laboral y la personal;
  • trabajar la experiencia del colaborador;
  • entender que la autoestima de los colaboradores ya no está ligada a una desbalanceada productividad laboral;
  • eliminar la competencia entre colegas y resaltar los beneficios de la colaboración y el trabajo en equipo;
  • comprender que todo trabajo debe ser bien remunerado, ya que, de lo contrario, los colaboradores darán un esfuerzo menor;
  • resaltar la importancia de la desconexión digital, pues existe un mundo más allá del dominio del trabajo para cada persona;
  • impulsar a los colaboradores a utilizar sus días libres y sus días de vacaciones de la mejor forma, ya que esta es una responsabilidad de los departamentos de Recursos Humanos;
  • trabajar la cultura dentro de la empresa, preguntándose cuál es la cultura actual y cuál es la que se requiere para seguir siendo competitivo en un mundo que ha cambiado;
  • replantearse, a nivel global, el papel que debería jugar el trabajo en las vidas de las personas, pues este ha cambiado, sobre todo para las nuevas generaciones, de manera que las distintas percepciones acerca del entorno laboral afectan la conexión de sinergias entre todas las generaciones.

La renuncia silenciosa es un tema, entre muchos otros, que irán apareciendo, al que se le debe poner mucha atención en estos tiempos, cuando pareciera que se está entrando en una nueva realidad anunciada.

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