29 de agosto de 2022, 18:49 PM

Carlos Aguirre / Consultor Desarrollo Humano Estratégico.

Johanna Bolin menciona la experiencia del equipo de Educación y Desarrollo del Departamento de Recursos Humanos de Spotify. Este equipo prefirió categorizar las habilidades de una manera distinta a la tradicional “blandas” frente a “duras”.

En esta organización, las categorías se conocen como habilidades duraderas y habilidades perecederas (durable skills and perishable skills). Bolin señala que las habilidades blandas generalmente son descritas como aquellas habilidades interpersonales o no medibles que están conectadas a la forma en que se ejecuta el trabajo, por ejemplo, comunicación, colaboración y liderazgo. Por su parte, las habilidades duras son medibles, fáciles de cuantificar y específicas para un trabajo, por ejemplo, lenguajes, programación y contabilidad.

Sin embargo, Bolin afirma que la nueva categorización va más allá de la semántica, pues denominar a las habilidades como “blandas” o “duras” lleva implícito un sesgo. La palabra “blanda” da la impresión de que la habilidad es débil o indefinida, mientras que “duras” alude a ser fuertes, claras e indisputables. Asimismo, resulta complejo establecer cuáles habilidades van en cada categoría.

Por el contrario, los términos “duraderas” y “perecederas” toman en consideración la longevidad de la habilidad y hace referencia al contexto económico. Según Matthew (2020), las habilidades duraderas son aquellas que no se desgastan inmediatamente (más de siete años y medio) y las habilidades perecederas son las que se consumen con rapidez o tienen una esperanza de vida corta (menos de dos años y medio de vida). El beneficio de esta nueva perspectiva es que, según Bolin (2022), brinda un enfoque dinámico para la capacitación de la fuerza de trabajo.  

La pandemia por la COVID-19 ha ocasionado muchos cambios en el quehacer de las organizaciones. Si bien aún no conocemos el impacto total de esta emergencia sanitaria, ya son bastantes las transformaciones que están experimentando las empresas: desde la “Gran Renuncia” del personal que no deseaba regresar a las oficinas hasta los cambios en los horarios, el trabajo con cuatro generaciones al mismo tiempo, las nuevas crisis mundiales y las habilidades novedosas requeridas en una sociedad que ha cambiado para siempre.

 Asimismo, no podemos dejar de lado el tema de las habilidades blandas, que gran parte de los expertos considera de suma importancia para estos tiempos, sin dejar de lado las habilidades técnicas. El objetivo es combinar ambas clases de habilidades y así convertirse en un líder ambidiestro, quien sea capaz de manejarse muy bien tanto en las habilidades blandas como en las técnicas. Actualmente, esta ambidestreza no solo es bien valorada en el mundo de los deportes, sino también en el campo ejecutivo. Sin embargo, no está de más pensar y repensar en qué tenemos más allá de las habilidades blandas o las duras desde la parte sistémica.