Nacional
Presidente Chaves critica a Arzobispo de San José por editoriales, Monseñor Quirós se defiende
Chaves dice que el sacerdote "le tira todos los días", mientras que este contesta que "seguiremos manifestando nuestras preocupaciones.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica anunció este martes que no acepta la propuesta de proyecto de ley impulsada por el Poder Ejecutivo y el diputado Fabricio Alvarado, que buscaba otorgar frecuencias de radio y televisión mediante concesiones diferenciadas para medios religiosos. En otras palabras, la iniciativa pretende que esos medios no pagaran nada por el uso del espectro.
En un comunicado oficial, la Iglesia Católica explicó que, aunque comprende las inquietudes que motivan el planteamiento, especialmente en un contexto de subasta de frecuencias que ha resultado excluyente para emisoras de menor escala, considera que "no es prudente ingresar en una lógica de prebendas especiales que puedan poner en riesgo la equidad en el acceso al espectro radioeléctrico".
Advirtieron que un mecanismo de concesiones privilegiadas para medios de orientación religiosa podría abrir la puerta a decisiones arbitrarias y a un manejo desigual de un bien público.
“El diálogo social debe sustentarse en la justicia y en la igualdad de condiciones, no en excepciones que fragmenten el espacio mediático”, señalaron.
El comunicado agregó que la comunicación pública, radio, televisión o prensa, es patrimonio de toda la ciudadanía y no únicamente de quienes profesan una fe o doctrina.
Además, reiteraron la disposición de la Iglesia al diálogo respetuoso con las autoridades y sectores sociales interesados en garantizar un espectro plural, diverso y democrático.
La Conferencia Episcopal también rechazó cualquier señalamiento personal sin fundamento contra sus emisoras (Radio Fides, San José TV, Radio Santa Clara y Radio Sinaí) y refutó en particular los ataques dirigidos al Arzobispo Metropolitano, Mons. José Rafael Quirós.
"Invitamos a los ciudadanos, a los medios de comunicación y a las autoridades a reflexionar con seriedad sobre el bien común por encima de cualquier interés particular. La fe vive de verdad y servicio, no de atajos institucionales; y la dignidad de la Iglesia no necesita depender de concesiones especiales, sino de la coherencia de su mensaje y del testimonio de su misión", concluyeron.