POR José Miguel Cruz | 5 de junio de 2025, 18:55 PM

Frente a la playa de Herradura, bajo una sombrilla colorida y con el sonido constante del mar, Felicia María Ibarra trenza mucho más que cabello. Trenza raíces, historias y emociones. Nació en Cartagena, Colombia, y recorrió varios países de América Latina antes de encontrar en Costa Rica un nuevo hogar.

Desde hace dos años, su “oficina” está al aire libre: el sol es su lámpara, la arena su piso y el viento su compañero. Allí, peina a turistas, vecinos y curiosos que se detienen a observar cómo sus manos bailan entre mechones de cabello.

“Cada trenza que hago es un pedacito de mi cultura”, afirma Felicia. Lo suyo no es solo una técnica: es un arte cargado de significado. Cada peinado tiene un nombre, un patrón y una intención. Más que embellecer, Felicia honra una tradición ancestral que ha sido transmitida de generación en generación en la cultura afrodescendiente.

Su sonrisa, su ritmo pausado y su entrega convierten la experiencia en algo más que un arreglo estético. Quienes se sientan frente a ella no solo salen peinados, sino también tocados por un acto profundamente humano.

Repase su historia completa en el video que está en la portada de este artículo.

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