Por Eric Corrales |22 de mayo de 2022, 7:44 AM

Cuanto más se disfruta de las ventajas de Internet, más oportunidades tendrán los estafadores de explorar opciones para propiciar engaños, ya sea mediante estafas como la de la falsa herencia, algunos de los fraudes relacionados con compras en línea, ofertas de trabajo inexistentes, sorteos y promociones falsas, e incluso apps y sitios de citas online, para nombrar solo algunas de las más comunes.

En este sentido, un grupo de expertos en tecnología analizan por qué seguimos cayendo en estas tácticas y también comparten las 10 causas más frecuentes que le permiten a los inescrupulosos consumar estos delitos.

De acuerdo con datos del OIJ, el 90% de los fraudes cibernéticos en Costa Rica provienen de La Reforma.

Por otro lado, existen las páginas falsas que simulan un banco estatal, o páginas imitadoras de aplicaciones como Netflix o Spotify que extraen información, estos delitos también se manifiestan cuando el usuario coloca los datos personas o de sus tarjetas y contraseñas, creyendo que está proporcionando información a la página oficial, cuando en realidad hay otra persona detrás recibiendo cada uno de los datos que se faciliten en el sitio.

“La internet ha dado vida incluso a esquemas antiguos, ampliando las oportunidades para los estafadores, especialmente la cantidad de potenciales objetivos. Las estafas se están volviendo cada vez más sofisticadas y ninguno de nosotros es inmune a todos los diversos esquemas de fraude en Internet que han demostrado su poder de permanencia”, explicó Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.

¿Por qué es que los trucos y métodos de ingeniería social en estas estafas son tan efectivos?

1- El conocimiento acumulado vale la pena: Muchos de los esquemas de engaño que circulan habitualmente existen desde hace mucho tiempo, por lo que existe una especie de conocimiento acumulativo que se transmite a la “próxima generación” de estafadores. Las técnicas que a menudo funcionan se construyen meticulosamente y muchos correos electrónicos de phishing que circulan actualmente están precisamente diseñados para que menos personas se percaten de que esconde algo sospechoso, al menos a primera vista.

2- Las “huellas digitales” que dejamos en Internet se utilizan en nuestra contra: Algunos estafadores sacan provecho de todos los datos disponibles y aparentemente inofensivos que existen sobre nosotros. Por ejemplo, la información que se publica en redes sociales y que es monitoreada por actores malintencionados con el fin de recoger suficiente información para hacer que su engaño sea creíble. Es importante tener cuidado a la hora de interactuar en Internet, asegurándose de evitar exponer más información de la necesaria, ya que a mayor uso de plataformas digitales mayores serán las probabilidades de que desconocidos obtengan información sobre nosotros, lo que se traduce a mayores posibilidades de ser engañado.

3- Los estafadores son buenos contando historias: Muchos crean historias muy verosímiles diseñadas para no activar los mecanismos de alerta internos. En esta línea se mueven rápidamente para intentar aprovechar eventos actuales que atraen el interés de una gran masa de personas para sacar ventaja de la situación, incluso aprovechando los temores que rodean las emergencias públicas como el COVID-19.

Algunos ejemplos muestran a estafadores aprovechándose del temor provocado por la pandemia para robar cuentas de WhatsApp y utilizarlas con el fin de contactar con posibles víctimas para informales sobre una supuesta cita de vacunación. Otras se propulsan mediante malware (software que realiza acciones dañinas en un sistema informático de forma intencionada y sin el conocimiento del usuario) incrustado en informaciones relativas a la pandemia.

4- La sensación de urgencia: ¡Es una emergencia!: Los estafadores intentan manipular a las potenciales víctimas para convencerlas a actuar de manera inmediata, para evitar que tengan tiempo para analizar el escenario y discernir que se trata de una estafa. Por eso, es común oír a los estafadores hablando sobre un premio cuya oferta tiene un plazo limitado o una factura que vencerá el mismo día, solo por nombrar algunos ejemplos en los cuales el delincuente intenta transmitir una sensación de urgencia para que la víctima tome una decisión rápida. Esto hace que las personas hagan clic en un enlace o archivo sin detenerse a pensar y/o revisar si el mensaje es legítimo.

5- A todos les gustan las cosas gratis: Aprovechando las dificultades financieras o simplemente el deseo de que llegue una oportunidad única para obtener dinero con facilidad, muchos esquemas parten del ofrecimiento de obsequios falsos o involucran promesas de retornos de inversión altísimos.

6- Estar programados para obedecer a la autoridad: Los usuarios tienden a confiar en aquellos en posiciones de autoridad. Los estafadores a menudo se hacen pasar por personas que tienen algún tipo de experiencia; un representante del Gobierno, un abogado, un ejecutivo de una empresa o un experto en algún campo específico, que suelen ser las figuras en las que la población confía. Los estafadores intentarán parecer o suplantar la identidad de oficiales y usarán los nombres de empresas u organizaciones que sean reconocibles. Como fue el caso, por ejemplo, de esta estafa telefónica en la cual se hacían pasar por un abogado de un organismo gubernamental para entregar un supuesto bono.

7- Estar distraídos: Las estafas son cada vez más frecuentes, y puede suceder que el delincuente intente hacerla en un día donde la víctima se sienta enferma, cansada o vulnerable. Cuanto más preocupado se esté por algo, mayores son las probabilidades de que se preste menos atención a los detalles, lo que abre la puerta a posibles riesgos. Los estafadores son expertos y pueden percibir y aprovechar de esas vulnerabilidades.

8- Los estafadores están enfocados: Los delincuentes saben cuáles son las respuestas más comunes que solemos dar cuando intentan engañarnos y se anticipan desde el discurso. Mientras se esté intentando averiguar si una llamada de un número de teléfono es legítima o no, ya se están apoderando de nuestra mente mediante discursos persuasivos y convincentes.

9- El agrado por ayudar: Las maniobras que involucran solicitudes de ayuda crean empatía con el estafador o con las personas que el estafador dice representar. Por ejemplo, las historias de tragedias personales o emergencias públicas siguen siendo efectivas. Esto lo observaron los especialistas recientemente con los engaños que comenzaron a circular al inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, donde estafadores lanzaron distintos tipos de campañas haciéndose pasar por organizaciones humanitarias o víctimas del conflicto.

10- Los estafadores tienen “empatía”: Si se interactúa, por ejemplo, con un estafador que está al acecho en apps y sitios de citas online, generalmente a través de mensajes, es posible que pasen un tiempo preparándose para ganarse la confianza de su víctima, incluso tanteando hasta dónde pueden llegar con ella. Para estos casos, los expertos analizaron en profundidad cómo se suelen engañar a usuarios en lo que se conoce como estafas románticas.

Algunos consejos para saber qué hacer si cae en una estafa:

1- Si es una estafa en redes sociales, se puede contactar al área de soporte. Si es una estafa en una plataforma de compras, se puede contactar con el proveedor del servicio para denunciar y pedir ayuda.

2- Si hay dinero de por medio, es importante llamar al banco e informar que se ha sido víctima de un engaño. Esto es especialmente útil cuando se trata de recuperar dinero perdido o para evitar que se sigan utilizando los datos robados.

3- No hacer ningún pago para ganar un “premio”.

4- Si se informa de una propuesta para obtener ganancias financieras futuras en el mercado de valores o de un proyecto de Bitcoin, se recomienda no pagar sus “impuestos” de antemano.

5- Cambiar todas las contraseñas en caso de que el estafador tenga los datos personales.

6- Verificar la configuración de privacidad en las redes sociales limitando quién puede etiquetar su cuenta en fotos y comentarios.

7- Reportar la estafa a las autoridades correspondientes.

“Para terminar, nunca asumir que no se puede ser víctima de una estafa. Ser víctima de un fraude es algo que puede sucederle a cualquiera, independientemente de cuán expertos sean en tecnología o cuán prevenido se esté”, concluyó Gutiérrez.

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