Por Christian Montero |23 de marzo de 2022, 13:35 PM

La fuerte erupción del Volcán Poás durante la Semana Santa de 2017 todavía arroja secuelas relevantes. Tras una visita reciente de la organización Volcanes sin Fronteras, los expertos encontraron nacientes de agua caliente en el cráter activo del coloso.

Según los científicos, la última vez que se registró un fenómeno igual fue a finales de la década de los 90.

"Como novedad, encontramos que la laguna caliente está siendo alimentada por varios ríos, son bastante calientes, temperaturas que alcanzan los 90° C y también han aparecido nuevas fumarolas", explicó el vulcanólogo Gino González.

La laguna caliente del Poás aumentó tres metros durante el último año y su temperatura bajó de 46 a 36° C. Este incremento del volumen está relacionado con la formación de distintas fumarolas, en especial en la parte este del cráter.

"Esos colores amarillos son, precisamente, azufre: un elemento muy común en los sistemas volcánicos. Nosotros también seguimos monitoreando este volcán, haciendo nuevos estudios para entender estos cambios que se están dando, que para nosotros son una novedad", agregó González.

Tras la violenta erupción de 2017, el Volcán Poás también comenzó a formar de nuevo la laguna caliente que se alimenta de los gases del magma. Lo mismo ocurrió en volcanes como el Chichón en México, luego de la erupción de 1982.

Los expertos consideran fundamental estudiar y vigilar estos manantiales calientes debido a que su posible disminución o desaparición significaría un incremento en la actividad volcánica.

Expertos de Volcanes sin Fronteras tomaron muestras que serán analizadas en el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, para seguir más de cerca la actividad del Poás.

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