¿Cuál es la línea que sigue el país para la protección de especies en peligro de extinción?
Costa Rica aplica una política desde 2015 para lograr el tutelaje del patrimonio natural y saneamiento de los ecosistemas, pero desde el Sinac aseguran que queda mucho por hacer en esta materia

Las acciones que realiza el país en el tema de conservación de los recursos naturales y la protección de especies de flora y fauna en peligro de extinción, se enmarcan dentro de la Política Nacional de Biodiversidad, la cual se oficializó por medio de Decreto Ejecutivo en setiembre de 2015.
La misma establece la ruta que debe seguir el país hasta 2025 para el uso sostenible de la biodiversidad, así como la distribución justa y equitativa de los beneficios que se deriven de su utilización.
Por esta razón, el informe sobre biodiversidad mundial elaborado por la ONU en el que se señala que existen cerca de un millón de especies en peligro de extinción, no toma mal parados a las autoridades costarricenses.
Pese a que dentro de nuestras fronteras se puede encontrar el 5% de la biodiversidad del planeta, el país no escapa de la realidad global, de ahí que de las medidas que se apliquen en pro del medio ambiente cobran una gran relevancia en todos los niveles.
La normativa hace desde un diagnóstico sobre el estado de la biodiversidad hasta factores económicos, sociales y legales que están provocando serias consecuencias a la naturaleza.
“El informe señala que estamos a tiempo de realizar un cambio, lo que genera un gran reto a nivel país con este llamado de atención que sugiere más acciones en el tema de conservación de especies y cambios de hábitos de consumo”, comentó Angie Sánchez del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
Aunque la Política Nacional de Biodiversidad propone las principales herramientas para lograr el tutelaje de nuestro patrimonio natural y saneamiento de los ecosistemas, desde el Sinac aseguran que queda mucho por hacer en esta materia.
Lo que llama la atención es que además de las consecuencias producidas por el cambio climático en poblaciones de especies en riesgo, otras amenazas provienen de malos hábitos del hombre.
“Existen presiones muy grandes contra un grupo de mamíferos como el jaguar o la danta. También hay sobreexplotación a nivel marino costero para interés alimenticio y comercial, ya que hay algunos peses que son utilizados como mascotas o de forma ornamental en peceras”, señaló Sánchez.
Agrega que el país también realiza esfuerzos para poder cuantificar los atropellos que sufre la fauna silvestre con la construcción o ampliación de caminos, ya que existen pocas medidas de mitigación.
Falta de recursos
La falta de recursos económicos es una de las limitantes para echar a andar proyectos que defiendan el medio ambiente en Costa Rica.
Según la Estrategia Nacional de Biodiversidad y su Plan de Acción 2016-2025 (ENB2), las metas nacionales parten de la inversión estatal estimada en 0,8% del Producto Interno Bruto (PIB) anual, así como $100 millones para financiamiento hasta 2020.
Con estos recursos se deben cubrir siete temas estratégicos, 23 metas globales hasta el 2025, 98 metas nacionales y un extenso portafolio de programas e iniciativas.