Por María Jesús Prada |20 de noviembre de 2022, 8:21 AM

Este año, un informe de la Oficina de las Naciones Unidas (ONU) para la Coordinación de Asuntos Humanitarios catalogó a Latinoamérica como la segunda región más propensa en el mundo a las catástrofes climáticas.

El paso de los huracanes Julia, Fiona y Lisa, sumado a las tormentas tropicales y lluvias de los últimos meses, han evidenciado la urgencia de atender las consecuencias, como inundaciones y deslizamientos, que dejan los eventos metereológicos en la región centroamericana.

Para nadie es un secreto que los cambios climatológicos y los fenómenos metereológicos extremos han afectado severamente a América Latina, y especialmente a Centroamérica.

Con cada año que pasa, las lluvias provocadas por huracanes y tormentas son cada vez más frecuentes y violentas; en una región ya marcada por la pobreza, los desastres climatológicos representan pérdidas millonarias de cultivos e infraestructura, en paralelo a centenares de muertos.

“Entre 2000 y 2019, 152 millones de personas en Latinoamérica fueron afectadas por desastres, convirtiendo a la región en la segunda más propensa en el mundo ante este tipo de eventos”, apuntó en una entrevista a Deutsche Welle Liliana Narváez, experta del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-EHS, por sus siglas en inglés).

Con esto en mente, es que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció esta semana que donaría más de $40 millones para la atención de estas emergencias en Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y República Dominicana.

“Considerando la exposición que tiene la región a desastres naturales, y para amortiguar el impacto de este tipo de eventos en las finanzas públicas de los países y sus avances en reducción de pobreza y desigualdad, el Banco ha aprobado en los últimos años seis préstamos contingentes para emergencias por desastres naturales y de salud pública… que se pueden activar ante una emergencia”, detalló el BID en un comunicado.

Por su parte, Costa Rica contará con un apoyo de $200.000, que será utilizado para proveer ayuda humanitaria a las personas afectadas por las emergencias, así como para evaluar daños, identificar zonas de riesgo y rehabilitar infraestructuras afectadas.

"Adicionalmente a la respuesta inmediata a las emergencias, el BID impulsa una agenda estratégica para el fortalecimiento de la resiliencia de los países de la región ante los desastres, basada en los 4 pilares del marco de Sendai, el acuerdo internacional sobre la reducción del riesgo de desastres: (1) Comprender el riesgo de desastres, (2) Fortalecer la gobernanza del riesgo, (3) Invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia y (4) Aumentar la preparación para casos de desastre con el fin de dar una respuesta eficaz", concluye el comunicado.