El pasado martes, un enorme charco de agua se acumuló a un costado de la vía en Circunvalación, en el tramo que pasa debajo de la rotonda de San Sebastián. Un equipo de Telenoticias grabó cuando un vehículo que conducía por la autopista empezó a derrapar por culpa del agua acumulada, hasta volcar y chocar contra uno de los paredones del desnivel. 

El agua ya llevaba varias horas de estar empozada a un costado de la carretera en el momento del accidente y se mantuvo de esa manera hasta entrada la mañana del día siguiente, provocando que uno de los carriles de la Ruta 39, una de las vías más transitadas por los costarricenses, se mantuviera bloqueada por horas.

Ante la indignación generalizada que esto provocó entre la población, surge una pregunta: ¿a quién se le atribuye la culpa?

Si se le pregunta al Conavi, que es la entidad a la cual le corresponde, por ley, el mantenimiento de la red vial nacional, esta respondería con dos argumentos. El primero: que la culpa es atribuible a los vecinos de la zona, que lanzan tanta basura en la vía, que esta se acumula y genera un empozamiento de este tipo. En segundo lugar, el Conavi alega que, debido a la suspensión de contratos de conservación vial (es decir, los contratos que emiten cada vez que deben atender un caso de este tipo) provocada por el Caso Cochinilla, no pueden darle mantenimiento a las vías.

Así lo detalló Adriana Castillo, vocera del Conavi a Teletica.com. Sin embargo, Juan Carlos Castro, especialista en derecho administrativo y constitucional, argumenta lo contrario. “Según la Ley de la Administración Pública, este charco es un ejemplo de una prestación inadecuada del servicio” que le corresponde al Conavi, señala Castro. 

Así como los ciudadanos deben cumplir su deber al pagar los impuestos a la propiedad de sus vehículos, o al pagar una multa o incluso un peaje público, al Conavi le corresponde cumplir con su obligación independientemente del hecho que se hayan suspendido los contratos de conservación vial, detalla el abogado.

Estos contratos no son la única vía para solucionar el problema, argumenta Castro, y esta entidad ha tenido tiempo para encontrar soluciones a este tipo de problemas. “Si los ciudadanos siguen pagando impuestos oportunamente, no se vale que el Conavi saque su carta de exoneración de responsabilidad diciendo que no tiene contratos vigentes para corregir este tipo de situaciones”, dijo. 

Y es que esta no es la primera vez que se acumula agua en la misma carretera. El problema del empozamiento es algo que la entidad lleva meses conociendo. En abril de este año, dos mujeres perdieron la vida al intentar esquivar un charco en esa misma vía. “Si no hubiese habido agua aquel entonces y en el caso de esta semana, se habrían evitado ambos accidentes”, concluye Castro.

Este fallo supone un riesgo importante para la seguridad vial, explica Javier Zamora, coordinador de la Unidad de Seguridad Vial y Transporte del Lanamme. "Se puede dar un efecto de hidroplaneo, la capa de agua rompe como esa tención entre las llantas y el pavimento y la persona lo que siente es que pierde el control del vehículo. Entre mayor sea la velocidad, hay una mayor probabilidad de que se dé", añade.

Debido a esa consideración, en caso de que transitara a velocidad superior al límite permitido, la culpa también podría recaer en el chofer o, por otro lado, existir una combinación de culpas.

El especialista en derecho señala que no se puede culpabilizar a los conductores que manejan a "velocidad razonable" por la autopista y pudieron haber evitado el accidente si el agua no hubiera estado acumulada en plena vía.

Por lo tanto, argumenta, según los videos, sí existe responsabilidad del Conavi. Que, sabiendo que el empozamiento de agua es un riesgo a la seguridad vial y un problema recurrente en una de las vías más transitadas del país, no asumió su deber de ejecutar los arreglos necesarios para evitar más charcos y garantizar la continuidad del servicio.

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