Por María Jesús Prada |25 de junio de 2022, 20:20 PM

Las tarjetas de crédito y de débito se han convertido en un elemento atractivo para la industria criminal que busca emplear constantes y novedosos métodos para estafar a las personas.

Según un estudio de la Oficina del Consumidor Financiero (OCF), un 50% de las personas encuestadas para esta investigación han sido víctima de fraude o de intento de fraude.


“La tercera entrega de resultados del estudio elaborado por la OCF, expone la experiencia que han tenido las personas que poseen tarjetas de crédito y débito, respecto a las actividades delictivas, como lo son los fraudes; al mismo tiempo, trató de identificar si procedieron a presentar la denuncia respectiva, su percepción de ese proceso y por último, la calificación que le dan al uso del PIN, como elemento de seguridad a la hora de realizar un pago. Los resultados reflejan, en general, que el mercado de las tarjetas sigue siendo un atractivo para el hampa”, explicó Danilo Montero, director general de la OCF.

El estudio se realizó entre la última semana de febrero y la primera de marzo, con una muestra de 1.406 hombres y mujeres de distintas partes del país y con un margen de error de 2,8%.

Los resultados

Dentro del grupo de muestra, un 31% dijo haber sido objeto de algún intento de fraude, mientras que un 19% indicó haber sufrido una estafa con su tarjeta de crédito o débito.

Las cifras aumentaron cuando se le consultó a los encuestados si alguno de sus familiares había sufrido el intento o consumación del delito; el 39% de las personas afirmó que al menos uno de sus familiares había presenciado un intento de fraude y, en el 32% de los casos, dijeron que el fraude se había llegado a materializar.

Uno de los resultados más sorprendentes que arrojó este estudio es que las personas con grados académicos universitarios son quienes sufrieron los niveles más altos de fraude (35%) o de intento de fraude con sus tarjetas (21%).

Del total de personas encuestadas que habían sufrido este delito, un 88% dijo haber denunciado el hecho ante el Organismo de Investigación Judical (OIJ), mientras que un 32% de los afectados aseguró haber tenido una respuesta satisfactoria por parte de su entidad financiera. De esta cifra se desprende otro dato preocupante y es que las víctimas que contaban con tarjetas emitidas por bancos públicos expresaron un descontento generalizado con el servicio recibido por parte de estas entidades después de sufrir la estafa.

El uso del PIN

Desde el primero de mayo de este año se implementó el uso del PIN para las transacciones con tarjetas de débito o crédito por montos mayores a los ₡30.000, como parte de un esfuerzo de las autoridades para evitar estos delitos.

El estudio también indagó sobre la percepción de los encuestados con respecto a esta medida. Partiendo de este punto, un 55% de las personas se mostró en desacuerdo con la implementación del PIN; la mayoría de ellos siendo hombres y personas de 45 años o más que contaban con educación secundaria incompleta o menos.

En general, las personas se sienten más seguras con el uso del datáfono y el documento de identidad. El 35% indicó que les basta con que les acerquen el datáfono sin tener que digitar el PIN, el 31% ven con buenos ojos que les soliciten el documento de identidad, y solo el 20% está de acuerdo con el requisito del PIN. El 9% prefiere utilizar un dispositivo móvil, como el celular o el reloj, para pagar, mientras que solo el 1% prefiere cancelar en efectivo.

Por último, el 63% de las personas que sufrió un intento de fraude o el fraude mismo, dijo estar en desacuerdo con el PIN.

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