Siete generaciones de orfebres al servicio de La Negrita
Fernando Soto aprendió el oficio de su papá, quien, antes que él, fue el "guardián" de la Patrona de Costa Rica.
Desde 1790, el apellido Del Valle es sinónimo de tradición en Cartago. Hace 232 años, don José María del Valle y Alarcón fue el primer orfebre de Nuestra Señora de Los Ángeles.
Cerca del año 1800, este hombre, de nacionalidad española, tuvo la misión de crear el primer resplandor para La Negrita. Hoy, esa labor la continúa Fernando Soto, sétima generación de esta familia.
“Antes de que a don José María le encargaran el resplandor y el pedestal, la imagen de la Virgen no tenía ninguno de estos elementos”, comentó Soto.
Estos se mantuvieron intactos hasta 1926, fecha en que Emilio del Valle Madriz, bisabuelo de Fernando, hace una reforma de todos los resplandores y del pedestal. La razón principal de esos cambios fue la coronación pontificia de Nuestra Señora de los Ángeles, que ocurrió ese año.
Fernando Soto aprendió el oficio de la orfebrería gracias a su papá, quien, antes de él, fue el "guardián" de la Patrona de Costa Rica.
“Yo soy la sétima generación, aprendí de mi papá, quien falleció hace cuatro años y, a partir de ese momento, yo paso a ser el guardián de la Virgen”, concluyó.