Por Stefanía Colombari |3 de agosto de 2022, 17:29 PM

El pasado martes 2 de agosto, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, hizo una visita a Taiwán como parte de su gira por Asia.

Algunos han considerado esto como una provocación, mientras otros piensan que hubiese sido un error garrafal cancelar la visita, ya que habría demostrado debilidad ante las advertencias que el presidente chino, Xi Jing Pin, había lanzado al presidente estadounidense, Joe Biden.

Lo cierto del caso es que la visita sí se dio y, en respuesta, China anunció que lanzaría una serie de ejercicios militares alrededor de la isla a manera de represalia.

¿Se justifica la visita de Nancy Pelosi?

Para al analista Antonio Barrios, la visita de Pelosi le ha dado la oportunidad a Taiwán, por medio del despliegue militar terrestre para proteger a la delegación estadounidense, enviar un mensaje a China de que está en una posición de defensa máxima.

Y aunque no es la primera vez que Taiwán recibe a una personalidad de alto rango de Estados Unidos y tomando en cuenta que la figura de Pelosi no es de carácter militar, la visita fue interpretada como una provocación por parte de China, debido a la escalada de tensiones que ha tenido con la isla durante los últimos meses.

Carlos Murillo, analista internacional, considera que el error de Pelosi fue anunciar su visita a Taiwán, ya que, una vez anunciada, se vio obligada a seguir adelante con la decisión, debido a su envergadura mediática.

“Si la cancelaban (la visita), sería demostrar que estaban cediendo a las presiones de China y eso hubiera tenido, en términos de política exterior, una afectación muy grande”, comentó Murillo.

Para Barrios, la visita se puede considerar como un error de cálculo por parte del país norteamericano, puesto que, asegura, existen otras formas de expresar su apoyo y ayuda a Taiwán sin necesidad de caer en una provocación que considera innecesaria a China, un país que sigue considerando a la isla como una provincia rebelde.

El analista afirmó que en este caso hay una clara diferencia entre la política exterior que manejó el pasado presidente Donald Trump y el actual Joe Biden, a quien considera más bélico.  Barrios incluso hizo referencia al hecho de que Trump llegó, en su momento, a bloquear el envío de armas a Taiwán para evitar un enfrentamiento con China, país con el que mantenía una guerra, pero de carácter comercial.  

¿Puede escalar el conflicto en el corto plazo?

Una de las interrogantes existentes es si esta visita de Nancy Pelosi podría ser suficiente provocación para desatar una guerra entre Taiwán y China, con la intervención de Estados Unidos en apoyo a la Isla. Este es el primer escenario que plantea Murillo.

El segundo sería más diplomático, con un aumento en las tensiones entre China y Estados Unidos que no se trasladaría al ámbito militar. Aunque ninguno de los dos escenarios se puede descartar.

Según el analista Barrios, en una situación de tensión, cualquier mensaje que se emita se debe tomar con seriedad; tanto lo que diga Estados Unidos como lo que diga China, e incluyendo las amenazas que ya ha expresado el gigante asiático.

Sin embargo, considera que todavía no existen condiciones para dar pie a una guerra.

“Puede haber represalias en materia comercial, muchas represalias que China puede llevar en contra del gobierno de Taiwán, una presencia marítima cada vez mayor, pero no una guerra, no todavía” indicó Barrios.

Barrios explica que los chinos han mostrado, a lo largo de la historia, que cuentan con la paciencia necesaria para esperar el tiempo que sea necesario; un ejemplo de ello es la espera de más de 150 años para que Gran Bretaña les devolviera Hong Kong.

Pero, para Barrios, también es un hecho que una guerra entre China y Taiwán ocurrirá inevitablemente en algún momento.  Especialmente considerando que el presidente Biden abandonó la histórica posición estadounidense de “ambigüedad estratégica” que parte del entendido de que Estados Unidos reconoce la visión de una sola China, pero que tampoco se cerraría a la posibilidad de defender a Taiwán.

Ahora, la nueva posición de Estados Unidos es que, partiendo de la agresividad que está mostrando China, no le queda más remedio que posicionarse a favor de Taiwán.

El analista explicó que un escenario de guerra es uno que Estados Unidos debe analizar rigurosamente, pues provocaría un conflicto bélico muy lejos de su territorio, mientras que China tendría la capacidad de atacar con facilidad al oeste estadounidense, ubicado a tan solo unos 135 kilómetros de su puerto militar más cercano. No obstante, defiende Barrios, cabe destacar que a China tampoco le convendría sumirse en el estallido de un enfrentamiento militar.

En este caso hipotético, habría que imaginarse a Estados Unidos interviniendo tardíamente en el conflicto, como respuesta a la incapacidad de las fuerzas taiwanesas a hacerle frente a una embestida militar de China, indicó Barrios.

No obstante, insistió, primero deben madurar muchos elementos para que este escenario llegue a materializarse.

Murillo, por su parte, considera que Taiwán siempre cuenta con el recurso de la independencia y este es un fenómeno que, a nivel ciudadano, también tomaría tiempo para interiorizarse, debido a que existe un cambio generacional entre aquellas personas que aspiran a que se restablezca la democracia con China y aquellas personas, la mayoría por debajo de los 50 años, que quieren que Taiwán sea independiente.

Murillo asegura que, al menos en el actual gobierno de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, las intenciones se inclinan hacia mantener el status quo, que implica ser un estado reconocido diplomáticamente por un número cada vez menor de países, pero con relaciones comerciales y culturales con un número de países casi igual al que tiene China.

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