Bolsonaro da alas a los nostálgicos de la dictadura en Brasil
El primer mandatario, que asumió el poder el 1 de enero, alentó el lunes a los cuarteles a conmemorar el 55° aniversario del levantamiento castrense del 31 de marzo de 1964, negando además que fuera un golpe.
El presidente Jair Bolsonaro reivindicó esta semana el golpe que en 1964 instauró un régimen militar de 21 años en Brasil, donde su discurso encuentra un eco impensable en países como Chile o Argentina.
El primer mandatario, que asumió el poder el 1 de enero, alentó el lunes a los cuarteles a conmemorar el 55° aniversario del levantamiento castrense del 31 de marzo de 1964, negando además que fuera un golpe.
La iniciativa fue criticada el martes por la Defensoría Pública de los Derechos del Ciudadano (parte de la Fiscalía), que consideró que "suena como una apología a la práctica de atrocidades masivas" de un régimen que dejó al menos 434 muertos y desaparecidos y recurrió a la tortura de miles de opositores.
Varios grupos convocaron manifestaciones de repudio el domingo 31 y el lunes 1, cuando se cumple el aniversario de la renuncia del entonces presidente Joao Goulart.
Mientras los presidentes del Legislativo y del Poder Judicial se mantuvieron en silencio, el mandatario de ultraderecha, un excapitán del Ejército, recibió numerosos mensajes de apoyo.
La diputada Joice Hasselmann, líder del oficialismo en el Congreso, tuiteó que celebrar la fecha "es retomar la narrativa verdadera" de la historia. "Pueden berrear, pero el llanto es libre gracias a los militares, Brasil también", añadió.
"Me parece fantástico. Brasil debe celebrar el 31 de marzo, fecha en que Brasil estuvo a punto de convertirse en un país comunista. Podríamos haber sido como Venezuela o Corea del Norte", dijo a la AFP Heitor Freire, otro novato diputado federal del partido de Bolsonaro.
- Bolsonaro, un nostálgico conocido -
Es la primera vez desde la restauración democrática en 1985 que un presidente en ejercicio exalta la dictadura.
Teniendo en cuenta el historial de Bolsonaro, su postura no sorprende.
Electo diputado en 1990, Bolsonaro reivindicó el período dictatorial en numerosas ocasiones. En 2016, cuando votó a favor del impeachment de la expresidenta Dilma Rousseff -una exguerrillera de izquierda que fue presa- glorificó la memoria de un torturador.
En las últimas semanas, Bolsonaro se lanzó a una cruzada continental, reivindicando las dictaduras militares del paraguayo Alfredo Stroessner (1954-1989) y la del chileno Augusto Pinochet (1973-1990).
Bolsonaro considera que los militares llevaron adelante una "revolución" y no un golpe.
"Siempre hubo en Brasil iniciativas [de legitimar la dictadura], inclusive antes de que ésta acabara. (...) Pero todo esto siempre cayó en el campo de lo folclórico, lo ridículo, porque las evidencias científicas son indiscutibles", dijo a la AFP Carlos Fico, profesor de Historia de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ).
"No existen dudas de que lo de 1964 fue un golpe de Estado militar con apoyo civil en nombre de la lucha contra el comunismo", dijo Paulo Sergio Pinheiro, exministro de Derechos Humanos del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
Documentos estadounidenses desclasificados el año pasado revelaron que la eliminación de disidentes se decidía en el palacio presidencial.
Negar todo eso "es un discurso meramente ideológico", considera Fico.
- Más impunidad, menos trauma -
Si no existen divergencias en el campo académico, ¿por qué Bolsonaro refuerza ese discurso?
Para Pinheiro, la impunidad de los crímenes de la dictadura es uno de los factores que contribuye a este "olvido".
"Al contrario de Chile, Argentina o Uruguay, donde los delitos de la dictadura fueron castigados, aquí no. Todavía rige la impunidad porque la corte suprema ratificó la autoamnistía que el régimen se otorgó a sí mismo en 1979", subraya el especialista.
Pinheiro también apunta que la represión en Brasil se cobró un número muy inferior de víctimas que en Chile (3.200) o Argentina (30.000, según organizaciones de la sociedad civil).
"Es una memoria distinta a la de aquellos países en que hubo una represión y un enfrentamiento con la izquierda revolucionaria, muy intenso y de forma pública. En Brasil la censura y la propaganda política ocultaron la represión política", por lo tanto, no existe una "memoria traumática" como en los vecinos latinoamericanos.
"Existen realmente personas que piensan que en aquellos tiempos había patriotismo, que los militares eran honestos", pese a toda la evidencia histórica que existe contra esas interpretaciones.
- Militares "modernos" prefieren silencio -
La enfermera carioca Marinalva Reis, de 52 años, cree que bajo el régimen militar Brasil vivía con más "orden". Pero aún así, "no es necesario celebrar la fecha", admite a la AFP.
El profesor Fico asegura que los miembros más jóvenes de las Fuerzas Armadas también prefieren la discreción, una postura -según reportes de prensa- compartida por varios de los militares que integran el gobierno de Bolsonaro.
"Converso mucho con oficiales superiores -militares que aún no son generales- y no les gusta la idea de este tipo de celebraciones, porque sienten que hay un peso enorme en la defensa de la dictadura (...), se sienten incómodos con las evidencias empíricas, prefieren el silencio", afirma.
Fico también duda de que la negación del golpe se vuelva mayoritaria mientras no se altere el relato de los libros escolares.
"Y eso, hasta ahora, no ocurrió", resalta.