Por Susana Peña Nassar |1 de agosto de 2021, 8:00 AM

Sin peregrinos, a puerta cerrada y muy cerca de la tecnología: así se vive la fiesta de la Patrona de Costa Rica por segundo año consecutivo.

La pandemia de COVID-19 todavía impide que los fieles caminen hacia Cartago con sus peticiones y agradecimientos, pero la Iglesia Católica les hace un llamado para que vivan esta devoción a distancia, por medio de la Eucaristía.

Aunque este año tampoco se contempla hacer recorridos aéreos con la imagen de la Virgen, los encargados de esta tradición católica buscan la manera de mantenerse cerca de los creyentes.

El rector de la Basílica de los Ángeles, presbítero Miguel Rivera Salazar, está convencido de que los romeros volverán a dirigir sus pasos de fe hacia la casa de La Negrita cuando “se considere adecuado”.

El sacerdote brindó una amplia entrevista a Teletica.com. Puede repasarla a continuación.

¿Cómo cambia la fiesta a la Virgen de los Ángeles sin la peregrinación?

Sin duda alguna, la presencia de miles de costarricenses en este Santuario es uno de los elementos más significativos de las fiestas en honor a la Virgen de los Ángeles. Además, el Santuario, por definición, es un lugar que acoge peregrinos. 

Aun así, estos ejercicios de piedad popular siempre están en una sana armonía con la liturgia de la Iglesia, en la cual se vive lo verdaderamente esencial en cualquier celebración cristiana, me refiero al Misterio Pascual de Cristo, Misterio que ilumina la vida de María, de los santos y de todos nosotros los cristianos. Por eso, incluso en medio de una emergencia como la actual, nunca hemos dejado de celebrar la Eucaristía y así lo hacemos en estas fiestas en honor a la Virgen. 

Puede ser que hoy nos falten algunos elementos, pero la vida litúrgica, espiritual y pastoral de la Iglesia no se ha detenido en ningún momento.

¿Temen que la suspensión por dos años consecutivos “enfríe” de alguna forma la tradición?

Lo que sucede es que una peregrinación como la que caracteriza a este santuario, en estas fechas, no ha nacido de una convocatoria de nadie; la piedad popular manifiesta una “sed de Dios que conocen los sencillos y los pobres” y que, además, brota espontáneamente. Por otra parte, los elementos que motivan una peregrinación -si son auténticos- brotan de la vida cotidiana, en cualquier momento y tienden siempre a buscar una respuesta en Dios. Esa dimensión religiosa, -personal y colectiva- sigue presente en muchos peregrinos que, en el momento que se considere adecuado, volverán a dirigir sus pasos hacia este lugar.

¿Alguna vez en la historia se ha suspendido esta actividad religiosa como ocurre actualmente?

La historia reciente solo registra una suspensión por razones sanitarias, en el año 2009, a raíz de la gripe AH1N1. Esta pandemia nos ha obligado a sugerir a los fieles que se abstengan de peregrinar, ya por dos años consecutivos.

Los fieles caminan a Cartago para llevar sus peticiones o agradecimientos a la Patrona de Costa Rica. Al no haber romería, ¿cómo pueden hacerlo?

Siendo conscientes de esa necesidad espiritual de los fieles, hemos hecho un esfuerzo por hacer el Santuario Nacional accesible a todos mediante todos los medios posibles. El primero y más importante de todos, es la Eucaristía. No importa dónde estemos, la Eucaristía es el sacramento del encuentro. Al ofrecer la Eucaristía, obispos y sacerdotes recogen las intenciones del pueblo de Dios y las presentan a Dios en la persona de Jesús. 

Por eso, la Comisión Nacional de Liturgia ha distribuido por todas las diócesis del país los subsidios litúrgicos, para que esta novena se pueda celebrar en todas las parroquias. Además, le ofrecemos a todos los medios de comunicación, la señal de la mayoría de las celebraciones que se realizan acá en la Basílica. 

También hemos lanzado una aplicación llamada “Mi Negrita”. Mediante ella, los fieles pueden hacer peticiones, elegir exvotos, utilizar recursos pastorales y pedagógicos y hasta ofrecer un tipo de romería virtual.

¿Cómo hacen para adaptar las actividades y que la gente se sienta cercana y viva la fe?

La pandemia ha obligado al mundo a salir de zonas confortables, también a la Iglesia. Y aunque somos conscientes de que nada sustituye el encuentro entre los hermanos, este es momento para distanciarnos un poco y valorar aún más la riqueza del encuentro. 

Mientras llega ese anhelado reencuentro, utilizamos la tecnología. Hemos reforzado equipos de comunicación y nos hemos dejado asesorar por quienes conocen de la materia. Para nosotros ha sido muy importante contar con la compañía de profesores y alumnos del Tecnológico de Costa Rica, con la incondicional ayuda de la Universidad Autónoma de Centroamérica y con un grupo cualificado de periodistas, diseñadores gráficos y productores, entre otros profesionales que nos ayudan a hacer accesible el mensaje. Todo esto sin desconocer que el mensaje es Cristo resucitado, que el mejor espejo suyo en la Tierra es la Santísima Virgen María, que veneramos e intentamos imitar; ese contenido se expresa por sí mismo con eficacia única.

¿Entienden que las personas mayores, probablemente las más religiosas, no se identifican con la tecnología que se ha implementado?

Probablemente sea esta porción de nuestra población la que más anhela ese reencuentro del que hablamos anteriormente. La fe de los mayores es sumamente expresiva, libre, profundamente arraigada. Créame que, aún así, han celebrado esa fe frente a una pantalla de televisión o incluso con un teléfono en la mano, con la devoción del que no pone condiciones para amar y sentirse amado. Por supuesto que hemos procurado hacer toda innovación accesible a ellos. Actualmente, que hay que inscribirse previamente para asistir a la Santa Misa, hemos habilitado personal exclusivamente para asistir a todos aquellos que tienen dificultades para hacerlo por sí mismos.

Además de eso, hemos recibido noticias de muchas experiencias familiares donde los más jóvenes instruyen a sus mayores y convierten la realidad familiar en una linda experiencia de fe, donde se intercambian conocimientos, experiencias y devociones.

De las actividades tradicionales (vestición de la Virgen, Eucaristía solemne del 2 de agosto y Rosario de las luces), ¿cuáles mantienen y cómo se van a realizar este año?

El día 1° de agosto celebraremos la Santa Eucaristía donde se le coloca a la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles un nuevo vestido de tela. Al inicio, su único fin era proteger la imagen del roce con el metal del manto, con el paso de los años se convirtió en un signo de cómo los católicos le encomendamos a la intercesión de la Madre nuestras realidades cotidianas. Este año hemos querido que la centenaria arquidiócesis de San José le obsequie este vestido a la imagen y, por medio de él, confíe a todos los hijos de Dios que peregrinan en esta diócesis a su protección y amparo. Esta Misa será a las 9 a. m. y solo podrán ingresar quienes hayan reservado un espacio mediante las plataformas que se han anunciado.

Para el día 2, la Santa Misa iniciará a las 9 a. m. También será dentro de la Basílica y con aforo limitado, según previa inscripción. El mismo día a las 6 p. m. será el Santo Rosario de la Luz y bajo estas mismas condiciones.

Quienes tengan espacios reservados deben asistir con 30 minutos de antelación, pues se aplica estrictamente el protocolo de higiene, desinfección y distanciamiento.

Durante los fines de semana y el feriado por el 25 de julio, ¿han detectado que algunos desobedecen la orden y caminan hacia la Basílica?

La Basílica de los Ángeles es un lugar de encuentro en todo momento del año y las peregrinaciones son frecuentes, sin embargo, la mayoría de los fieles ha optado por cuidar su salud y cuidar la de los otros y esperamos que así sea en los días próximos. 

Estos días hemos observado pequeños grupos en los caminos hacia Cartago, sin embargo, en los alrededores de la Basílica no hemos visto un movimiento inusual. Reiteramos nuestra humilde sugerencia de no venir a Cartago en esta ocasión.

¿Qué medidas se tomarán para evitar aglomeraciones en la plaza, el templo y sus alrededores?

La principal medida es reiterar el llamado de autoridades para no exponerse innecesariamente a un contagio. Los fieles deben saber que los accesos a la Basílica están cerrados, nadie puede ingresar a ella si no tiene una reservación para la Misa. Tampoco hay acceso ni a la “pila del agua” ni a la piedra del hallazgo. Además, las autoridades mantienen cerrada la plaza del Santuario.

Tanto la Fuerza Pública como la Policía Municipal han asegurado su presencia para evitar cualquier tipo de aglomeración en vías públicas. Dentro de la Basílica, nuestras medidas son estrictas.

¿Planean hacer recorridos aéreos con la imagen de la Virgen?, ¿trabajan en alguna otra estrategia para que los fieles la puedan ver desde sus casas, como ocurrió el año pasado?

Este año no contemplamos esa posibilidad.

¿Cuál es el mensaje para los fieles que, un año más, vivirán la fiesta de la Virgen de los Ángeles a distancia?

La figura de la santísima Virgen María, en sus distintas advocaciones, ha surgido en medio de los pueblos casi siempre como signo de unión, de comunión. Una figura mariana normalmente une pueblos en discordia: donde los pueblos no se ponen de acuerdo, ahí aparece la Virgen como la madre que une a sus hijos.

Nuestra advocación, la Virgen de los Ángeles, no es la excepción. Esta pandemia nos ha hecho sentir lo “antinatural” de estar separados; hoy nos ha separado un virus, pero durante mucho tiempo nos han separado muchas cosas y nos han puesto, en no pocos momentos, unos contra los otros.

Al celebrar a la Virgen de los Ángeles tomemos conciencia de que no estamos hechos para estar separados, que debemos luchar contra todo aquello que nos impida ser hermanos y emprender caminos de unidad. Hoy Costa Rica vive una crisis sin precedentes, es imperativo replantear el camino. Que una vez más la figura de la Madre nos recuerde que la estrategia del mal siempre será separarnos, la de Jesús es ser uno como el Padre y Él son uno.