30 de mayo de 2022, 16:56 PM

Dr. Alexander López/ Académico de la Universidad Nacional. 

Recientemente, en una conversación en Seúl con el exministro de administración pública de Corea del Sur, Pan Su King, compartíamos algunas ideas sobre los retos de este país en el marco del nuevo gobierno del presidente Yoon Suk-yeol que recién asumió funciones.

Como es bien conocido, la República de Corea por muchos años ha sido un interesante caso de estudio debido al éxito de su rápida transición de ser un país de lo que se denominaba del tercer mundo al primer mundo. En 1960 el producto nacional bruto de Corea del Sur era apenas comparable a algunos países de lo que ahora se conoce como menos desarrollo relativo en Asia, África y América Latina, pero ya para 2004, este país llega a integrar el privilegiado club de las economías del trillón de dólares, convirtiéndose así en el mejor ejemplo, posiblemente junto con Singapur, de un Estado exitoso. Las razones para ello han sido bastante estudiadas y no es la intención de este artículo profundizar en ellas, basta recordar que obedecen a un conjunto de factores entre los que se destacan: la innovación, la educación, la capacidad desarrollada de manufactura, el fuerte apoyo estatal a lo que hoy son los conglomerados empresariales surcoreanos, entre otros factores.

Ahora bien, la reciente llegada de Yoon a la presidencia, plantea una serie de retos, ya que como él mismo ha expresado, Corea del Sur debe jugar un mayor papel a nivel global, esto precisamente está muy en la línea del ascenso de los poderes intermedios en un contexto de profundización del multilateralismo. La última visita del presidente Biden a Corea del Sur y Japón confirman la tesis del creciente rol de los poderes intermedios.

En términos generales, parece ser que el gran desafío de Corea del Sur es no ser presa de las rivalidades globales y regionales entre China y los Estados Unidos, Corea del Sur está en un buen momento para moldear su ambiente estratégico y de alguna manera asumir un liderazgo más global. Pero, ¿cuáles son los temas centrales de la agenda de la República de Corea?

En primer lugar, el presidente Yoon ha señalado un endurecimiento de la política en su relación con Piongyang. La actual política hacia Corea del Norte parece centrarse en el tema de la desnuclearización y en los derechos humanos, ambos temas, como es de esperarse, no caen para nada bien en Piongyang. En general, la sociedad surcoreana ha estado dividida entre quienes quieren una política más de cooperación económica con Corea del Norte y los más conservadores como el presidente, que no ven futuro en la relación con la República Popular Democrática de Corea.

En segundo lugar, parece haber una tendencia a una revisión y un potencial upgrade de las relaciones con Japón y con el Sudeste Asiático. En el primer caso, desde la Segunda Guerra Mundial ha habido un resentimiento surcoreano por las acciones del ejército japonés en este territorio, sin embargo, el presidente Yoon ha expresado su deseo de tener un nuevo capítulo en sus relaciones con Japón, fortaleciendo la Alianza del Pacífico en una trilogía que incluye a los Estados Unidos, y así se lo ha hecho saber al primer ministro japonés Fumio Kishida.

En cuanto al Sudeste Asiático, hay una renovada apuesta de alianza en virtud del acelerado dinamismo de estos mercados, el nuevo enfoque estratégico tiene tanto un componente de negocios, como es la digitalización de la infraestructura asiática, así como uno cultural denominado “Conectando culturas”, todo ello en función de fomentar el desarrollo del capital humano en ambos espacios geográficos.

En tercer lugar, está la relación con los Estados Unidos y China. El presidente Biden en su reciente visita a Corea del Sur ha mostrado su entusiasmo por el apoyo y cercanía de este país con el norteamericano. Dentro de este marco, el establecimiento del sistema de antimisiles estadounidenses THAAD como parte de esta colaboración ha generado el descontento de China. Lo anterior, aunado al acercamiento con Japón que sin duda puede provocar un alejamiento de China o aún peor la toma de algunas represalias, algo que seguramente Corea del Sur no quisiera dado que China es su principal mercado (se debe recordar que China representa el 25% de las exportaciones surcoreanas).

En cuarto lugar, se encuentra el tema de la presencia económica global de Corea del Sur, hay un interés por posicionar este país como un hub global para el comercio y los negocios en la región, por ende, se espera un fortalecimiento en el comercio y en la cadena global de suministros. Cabe recordar que el país forma parte de las economías líderes en materia de libre comercio, con 17 tratados firmados y se espera un mayor número en los próximos cinco años de la administración del presidente Yoon.

Finalmente, en términos de política ambiental, el país asiático enfrenta importantes desafíos en materia de transición energética, ya que se encuentra entre los más grandes contaminadores. La apuesta para bajar sus emisiones ha estado centrada en la energía nuclear, sin embargo, el uso de esta no está libre de controversias. El uso de energías renovables de esta nación es de los más bajos dentro del marco de la OECD, con apenas un 5%, esto es un aspecto que Costa Rica debería valorar en su relación con Corea del Sur en el marco de la cooperación en la OECD.