16 de febrero de 2022, 8:00 AM

MSc. Henry Álvarez/ Consejero familiar y matrimonial, conferencista.​​

El 3 de abril estaremos eligiendo el próximo presidente, y con él se estará formando todo el equipo de su gobierno. Hay una urgencia y necesidad de que nuestros gobernantes sean personas que, además de ser inteligentes, con una gran solvencia académica, también sean personas que lideren con valores y principios, que lamentablemente se han venido perdiendo a lo largo de nuestra historia. Menciono algunas características que creo que deben tener todos aquellos que estarán ocupando puestos en la función pública.

Que lideren con coraje y valor.

Hombres que tuvieron coraje: Daniel cuando tuvo que tomar una decisión y con firmeza y con convicción le dijo al jefe del Estado mayor en la corte de Babilonia: "Sin embargo, Daniel estaba decidido a no contaminarse con la comida y el vino dados por el rey". El otro líder por su valentía y coraje fue Josué, quien conquistó la tierra prometida.  

Estos dos grandes líderes se armaron de coraje y de valor.  Una persona de coraje es alguien que tiene el valor para decir no, la decisión de mantenerse firme en sus convicciones, que está dispuesta a pagar el precio con el fin de alcanzar sus sueños.  Es tener el valor de hacer lo correcto siempre, lo cual significa actuar con  valentía, y también va a significar  nadar contra la corriente de este mundo, donde todo es relativo.

Que lideren con carácter.

Cuando se habla de carácter, tiene que ver con la manera en la que la persona reacciona habitualmente frente a una situación. Es quien sabe manejar cada situación, no importa lo adversa que sea, que actúa con mesura, que sabe manejar y controlar sus emociones.  Es  un líder pacífico y reconciliador, que crea un ambiente de seguridad y de confianza. Como lo dijo el gran sabio Salomón de la era antigua en Proverbios 16:32: “Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu, que el que toma una ciudad”. 

Que lideren con integridad y honestidad.

“La reputación es aquello que los demás piensan que somos. La integridad es lo que somos realmente”, John Maxwell. 

El filósofo griego, Sócrates, dijo una vez: "La primera clave  para alcanzar la grandeza es ser en verdad lo que aparentamos ser".  La falsedad daña nuestra credibilidad y el respeto por nosotros mismos. Así es como John Maxwell describe la integridad: “es quien eres cuando nadie te está viendo”; cuando nuestro ser interior es igual a lo que los demás ven.

Que lidere con justicia.

Justicia es equidad, la equidad se refiere a dar a cada persona lo que le corresponde; en otras palabras, es conocer y respetar los derechos de las personas en todo momento y lugar independientemente de su género, su condición social, cultural, y sin recurrir a algún tipo de discriminación. 

Justicia es fidelidad a los principios y valores. La fidelidad se relaciona con permanencia e inalterabilidad. Una persona fiel a sus principios y valores y que actúa en concordancia con ellos, no se acomoda o no se altera según las circunstancias de su entorno, sino que es coherente consigo misma, honrando lo que es y lo que cree.

Por tanto, los líderes deben construir su vida y cotidianidad sobre las bases de convicciones y creencias correctas. La justicia es como un manantial en el que se juntan la equidad, la fidelidad a los principios y valores, la rectitud, el derecho y el buen juicio. La sumatoria de todos ellos tiene el potencial de elevar al líder que los practique, y a los pueblos que le den un lugar de privilegio, hacia una alta condición de vida, garantizándoles además, su permanencia en el tiempo y su trascendencia en la historia.