17 de enero de 2023, 17:05 PM

Dr. Alexander López/ Académico de la Universidad Nacional. 

El mundo, ya con más de 8.000 millones de habitantes, se enfrenta a un año en donde los desafíos económicos y de seguridad internacional marcarán la agenda internacional. En las últimas décadas, el producto bruto global experimentó un crecimiento importante, la mayoría de los países crecieron millones, particularmente en Asia, escaparon de la pobreza para pasar a engrosar las clases medias, como lo demuestran los casos de Indonesia y China. Sin embargo, parece que esta tendencia está en serio peligro en el 2023 por una serie de fuerzas cuyas principales manifestaciones son la reemergencia de la COVID-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y la inflación global. Es así como el 2023 puede generar que millones de personas caigan en un estatus de vulnerabilidad con las implicaciones que esto tiene sobre la paz social.

Igualmente, se debe destacar que la guerra en Ucrania ha incrementado la competencia entre los poderes globales, pero lo que resulta más interesante es que el mundo no está dividido en dos mundos o bloques, sino que hay toda una constelación de actores tratando de ganar un posicionamiento global. En ese sentido, el 2023 podría ser llamado el año de “los otros” por la acelerada competencia de otros actores tratando de ganar un espacio, pero al mismo tiempo manteniendo una relación estratégica con los Estados Unidos, China y/o Rusia. Particularmente importante es el rol de Turquía, Arabia Saudita, Brasil y Japón, entre otros.

La guerra en Ucrania ha demostrado que nos enfrentamos a una ineficiente estructura global de seguridad, la situación en Ucrania brinda una sensación de vulnerabilidad. Tal sensación es reforzada por el hecho de que el desarme nuclear está en reversa, así los miembros del Consejo de Seguridad han venido incrementando sus presupuestos militares, particularmente con una inversión muy alta en avances tecnológicos que carecen de un marco institucional regulatorio a nivel internacional.

Por otra parte, la inestabilidad política en regiones y países no disminuirá en este 2023, lo cual hará que el tema de crisis humanitaria sea más relevante. Regiones como El Sahel, seguirán experimentando una gran turbulencia política, así también países como Ucrania, Haití, Sudán del Sur, Siria, Yemen, La República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía y Somalia.

A nivel estatal, una rápida mirada a Estados Unidos parece indicar tres grandes temas que denominarán su agenda internacional: La guerra en Ucrania, la relación con China y la política tecnológica relacionada con la cuarta revolución industrial. La guerra en Ucrania no ha alterado la decisión de Estados Unidos de priorizar la competición con China, algo que está presente en la Estrategia de Defensa Nacional del Pentágono. Según esta estrategia, China es el único competidor al que se le presume la capacidad de dominar la región del Indo-Pacífico y de modificar el llamado “Orden liberal internacional”. En el 2023 es de esperar que la guerra de Rusia contra Ucrania siga generando una unidad transatlántica, esto debido a que la respuesta estadounidense a la guerra en Ucrania ha revitalizado en Europa las voces defensoras de la Alianza del Atlántico Norte.

Con respecto a los poderes que han venido desafiando el orden liberal occidental, encontramos algunos detalles interesantes para este 2023. En el caso de China, Xi Jinping confirmará su poder con muy pocos límites, el poder comercial de China ha sido uno de sus más importantes instrumentos de influencia global, pero con el debate sobre la redefinición de la dependencia del mundo de China y la necesidad que tienen muchos países de cambiar esta situación, Xi Jinping ha diseñado su propio espacio para seguir ejerciendo influencia global, prueba de ello es la Organización de la Cooperación de Shanghái, el establecimiento del Banco de Infraestructura Asiático y la Nueva Ruta de la Seda. Finalmente, el tema de la COVID-19 tendrá una importancia mayúscula dentro de la agenda de Xi Jinping, dadas las implicaciones que esto puede tener sobre el sistema de salud de China y el comportamiento económico del gigante asiático.

India seguirá su crecimiento, sin embargo, no al ritmo que algunos pensaron, y ciertamente su consolidación como potencia económica todavía está distante. India continuará comprando armas y petróleo de Rusia, mantendrá su postura de no alineamiento, aún y cuando buscará cierto apoyo en Occidente para contrarrestar a China. Se debe mencionar que India presidirá tanto el G20 como la Organización para la Cooperación de Shanghái, esto ubica a Narendra Modi como el líder de las dos importantes organizaciones, pero con fines diferentes, en un año preelectoral, pues en el 2024 Modi tratará de reelegirse.

Para el Medio Oriente y la región del Golfo Pérsico será crítico el comportamiento de Irán. En este país las protestas pueden incrementarse, ya que por primera vez desde la caída del Shah en 1979, la República Islámica se encuentra fuertemente cuestionada desde adentro. Igualmente, pareciera que el gobierno continuará con su programa nuclear y con su alianza con Vladímir Putin, lo cual incrementará las tensiones con Occidente.

Las previsiones de crecimiento económico para el 2023 están a la baja debido a los precios de la energía, el aumento de las tasas de interés, la inflación y los efectos de la guerra en Ucrania, así mucho se habla de una recesión global, de una volatilidad de los mercados y de un estrés financiero. El Fondo Monetario Internacional está proyectando un crecimiento global de apenas el 2.7%, pero esto puede ser aún menos dada la situación de la reemergencia de la COVID-19, sobre todo en China, el tema de las tasas de interés y la inflación.

En la misma línea, y de acuerdo con la Revista The Economist, 53 mercados emergentes estarán en serios problemas para pagar sus obligaciones financieras internacionales, tal es el caso de Pakistán, Egipto y Líbano. Igualmente, será interesante ver el comportamiento de las economías latinoamericanas, ahora que la mayoría de los países tienen gobierno de izquierda en un contexto que demanda austeridad.

Finalmente, el tema ambiental seguirá siendo importante en la agenda global, siendo destacables en 2023 los siguientes temas: en primer lugar, la agenda hídrica, en virtud de la Cumbre Mundial del Agua en Nueva York, donde claramente el mundo deberá concentrar esfuerzos en garantizar que el agua no se convierta en un factor de conflicto y guerra, sino más bien de paz y cooperación. En segundo lugar, el tema de gobernabilidad de los océanos será central, y ello posiblemente se traducirá en nuevas fuentes de tensiones entre algunos Estados.  Finalmente, en materia de cambio climático, la COP 28, a celebrarse en Dubái, deberá revisar los avances del acuerdo de París y también los detalles de la implantación del fondo Loss and damage resultado de la Cumbre de Egipto en el 2022. Desafortunadamente, los eventos extremos, tales como inundaciones, sequías, huracanes, continuarán causando grandes pérdidas alrededor del mundo.


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