Por Mariana Barboza |12 de agosto de 2020, 21:27 PM

Las “teleclases” implementadas por el gobierno de Nicaragua sólo tienen alcance en el 10% de la comunidad estudiantil, según especialistas consultados por la Voz de América, quienes insisten en la necesidad de cerrar los colegios por el peligro que representa para la niñez, el COVID-19.

Nicaragua es el único país que no ha suspendido las clases de primaria y secundaria en América Latina. Y aunque la decisión gubernamental ha sido criticada por diferentes sectores, José Antonio Zepeda, secretario de la progubernamental Asociación Nacional de Educadores, defiende la medida.

“Nicaragua ha garantizado diferentes modalidades y alternativas, buscando como siempre que las familias nicaragüenses tengan el derecho a la educación pública”, dijo José Antonio Zepeda. Diputado y secretario de Anden.

Zepeda, quien también es diputado del gobernante frente sandinista, cuenta que, el Ministerio de Educación implementó las “teleclases” para reforzar el conocimiento de los estudiantes en medio de la pandemia. Iniciativa que, según él, ha sido retomada por otros países de la región.

“Hoy México toma como un ejemplo las teleclases. Hizo un acuerdo con las emisoras, incluso con las televisoras privadas. Vemos que Nicaragua sigue siendo un ejemplo a nivel no sólo de Centroamérica sino de américa latina”, agregó el diputado.

Sin embargo, Guillermo Medrano, un reconocido especialista en temas de educación, sostiene que las tele clases sólo alcanzan al 10 por ciento de la comunidad estudiantil nicaragüenses que vive, principalmente, en el sector urbano y que habla español.

“Todas las clases se desarrollan en español. Entonces ¿dónde quedan los niños de las comunidades de la costa caribe norte y sur, tomando en cuenta que ellos tienen otro lenguaje de aprendizaje como el misquito, el zumo, el rama y en esas comunidades donde no hay conexión. Entonces, para ellos, ¿no hay educación?”, expresó el especialista.

Medrano, al igual que otras organizaciones educativas independientes, insiste en la necesidad de suspender las clases por las muertes que se han registrado en el sector educativo durante la pandemia.

“Más de 30 docentes y, además, otros 12 trabajadores de la educación, han fallecido por causa del COVID-19. Eso evidencia la irresponsabilidad estatal”, agregó.

Pero, el gobierno de Nicaragua enfoca sus esfuerzos en la nueva normalidad por considerar que ha logrado contener la propagación de la pandemia.