El mismo día que fue rechazado en comisión, la diputa de Liberación Nacional, Andrea Álvarez, volvió a presentar el proyecto de ley para incluir advertencias en el etiquetado nutricional de productos alimenticios y bebidas no alcohólicas.
La iniciativa, ahora tramitada bajo el expediente 24.840, defiende el uso de sellos o etiquetas frontales que permitan a la ciudadanía identificar productos con alto contenido de calorías, azúcares, sodio o grasas.
También pretende advertir sobre el uso de edulcorantes.
Esta semana, en medio de su discusión, la Comisión de Asuntos de Discapacidad y Adulto Mayor decidió archivar el proyecto anterior (23.861), alegando precisamente los efectos que podría tener en productores nacionales y comercios regionales.
Esa decisión fue celebrada por un amplio número de cámaras que también habían señalado esos posibles riesgos.
“El archivo del expediente es una señal positiva para la industria y empresarios nacionales que cumplen hoy con un etiquetado que está armonizado con la región centroamericana y que proporciona información útil para el consumidor”, señaló Maritza Hernández, presidenta de la Uccaep.
Sin embargo, la propia Álvarez argumentó en comisión que se equivocó en el proceso de tramitación de la iniciativa, por ejemplo, según insinuó, en la propia escogencia de la comisión.
“La Constitución Política defiende la libertad de empresa, habla de la propiedad privada, de las garantías individuales y promover la economía; pero también resguarda la salud pública y es lo que ha permitido seguir siendo un país pionero en términos del acceso a la salud que se merecen.
“Tal vez fallé en la estrategia, tal vez esta no era la comisión adecuada, tal vez fallé en que se pudieron hacer más mesas de trabajo, tal vez fallé de ingenuidad y de confiar en situaciones o personas que no debí haber confiado”, dijo la legisladora.
Álvarez explicó que la nueva versión del proyecto mantiene su articulado original pero aporta cambios en los transitorios para que la entrada en vigencia de la regulación sea más gradual en el caso de pequeñas y medianas empresas.
"En muchos países de la región esto ha costado muchísimo, en Chile fue más de 10 años en llegar a una ley de etiquetado (…) Hay intereses de la industria que hacen que este tipo de iniciativas cueste impulsarlas, así que creo que si en este cuatrienio no podemos aprobar el proyecto, quienes sigan en la Asamblea Legislativa van a poder pasarlo eventualmente.
"A estas iniciativas les va a llegar su tiempo y es mejor que les llegue con personas que están dispuestas a tomar en cuenta seriamente las preocupaciones de la industria, pero en el entendido de que la salud es prioritario sobre temas económicos", explicó la legisladora.