Sucesos
“El tornado se llevó todo, menos la fe”, dice afectada por fuertes vientos en Heredia
Un torbellino sorprendió a los vecinos de Mercedes Norte y Sur, en Heredia, la tarde de este martes.
En los últimos años, los torbellinos que se forman en el Valle Central han dejado daños cada vez más notorios en viviendas, vehículos e infraestructura, lo que ha generado preocupación.
Según especialistas, este fenómeno atmosférico es relativamente frecuente en el país y responde a una combinación particular de factores geográficos y climáticos que confluyen en esta región.
Gabriela Chinchilla, meteoróloga del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), conversó con Teletica.com y explicó que en el Valle Central se dan condiciones propicias para la formación de torbellinos debido a la interacción de distintos flujos de viento y la alta densidad poblacional.
“En el Valle Central tenemos una situación, por decirlo así, que hace que se presenten condiciones de torbellinos relativamente recurrentes, aunque según nuestra estadística no es para nada la única región climática del país en donde se presentan.
"Llama normalmente la atención en el Valle Central porque tenemos prácticamente el 50% de la población y son captados muy fácilmente. Aparte que la infraestructura también es mucho más densa y eso ayuda a que se presenten fácilmente más daños”, indicó Chinchilla.
La experta detalló que la convergencia de vientos provenientes del Caribe y del Pacífico favorece el desarrollo de nubes de tormenta de gran magnitud que, en ciertos casos, originan los torbellinos.
“Tenemos en el Valle Central la conjunción, por decirlo así, de brisas o de vientos. Por un lado, normalmente en las mañanas tiende a soplar el viento cálido, que es el viento que viene del Este, ingresa por el Caribe y pasa por los pasos de montaña, la Cordillera Volcánica Central, hacia el Valle Central.
"Después de media mañana o incluso en la tarde, tenemos un flujo de viento que viene desde el Pacífico, ingresa por la vertiente y logra alcanzar en muchos casos el Valle Central también. Ese tipo de convergencia o de encuentro entre estos dos flujos de viento de direcciones diferentes los llamamos frentes de brisa”, explicó Chinchilla.
De acuerdo con Chinchilla, en estas zonas de convergencia se desarrollan nubes cumulonimbos, altamente frecuentes en la estación lluviosa, que en determinadas condiciones se transforman en torbellinos.
“Un frente de brisa es justamente donde esos dos flujos se unen para formar nubes de tormenta muy grandes. Las nubes de tormenta de gran desarrollo, muy altas en la atmósfera, se llaman cumulonimbos y son frecuentes.
"Tenemos cumulonimbos todas las tardes y algunas noches en estación lluviosa en nuestro país. Entonces, cuando esos cumulonimbos provocan torbellinos, es cuando tenemos algún factor, por decirlo así, extra que los haga aún más potentes”, señaló Chinchilla.
Entre esos factores adicionales, la experta señaló el aumento de la temperatura, así como la influencia de ondas u oscilaciones en la atmósfera alta que potencian la magnitud de las nubes.
El IMN ha detectado que cuando ocurren estos fenómenos, casi siempre las temperaturas oscilan por encima de los 27 o de 28 grados centígrados en algunos puntos del Valle Central.
En algunos casos, los embudos de viento o torbellinos son visibles desde la base de la nube hacia tierra, pero en otros la identificación se da por la rotación de escombros, láminas de zinc, ramas o tendido eléctrico.
“Pueden tener intensidades muy elevadas, la presión baja tanto que pueden tener ráfagas de más de 100 kilómetros por hora, entonces son bastante destructivos y muy dañinos porque tienen una fuerza muy grande como para romper y levantar grandes objetos”, dijo Chinchilla.
Aunque en Costa Rica estos fenómenos no han alcanzado la magnitud de los tornados registrados en países como Estados Unidos, la meteoróloga señaló que las ráfagas son suficientemente fuertes como para ocasionar graves daños. Por ello, el IMN recomienda a la población resguardarse en sitios seguros y evitar exponerse innecesariamente.
El Meteorológico lleva un registro de estos eventos desde 2010 y, según sus datos, se han contabilizado 54 torbellinos documentados hasta la fecha.
Durante el 2025 ya se han reportado tres: uno en mayo en Santa Ana, otro en junio en Cartago y el más reciente, en septiembre, en Mercedes Sur de Heredia.
“Hay que recordarle a la población que son relativamente frecuentes en agosto, setiembre y octubre, y que cuando detecta este tipo de nube negra que empieza a rotar, cuando comiencen a verse esos flujos de viento muy intensos, siempre tratar de resguardarse y no exponerse porque pueden ser muy dañinos y, obviamente, no queremos muertes asociadas a ese tipo de eventos”, concluyó Chinchilla.