POR Rubén McAdam | 8 de diciembre de 2025, 17:55 PM
Desde que era apenas un joven locutor que soñaba con escuchar su propia voz entre altavoces, José Ángel Vásquez comenzó a trazar un camino que terminaría entre las fibras más íntimas de la memoria costarricense. Lo que no imaginaba entonces era que, con el tiempo, sería él quien anunciara los segundos finales de cada año para miles de familias en el país.
Su primera transmisión de Año Viejo ocurrió en 1965, en la desaparecida Radio Reloj. A partir de ese momento, cada 31 de diciembre se convirtió en su escenario, en su cita fija con un país que lo escuchaba entre cuentas regresivas, abrazos, recuerdos y expectativas.
En 1968 tomó una decisión que cambiaría la tradición de finales de año: puso por primera vez en Costa Rica la canción El Año Viejo, del mexicano Tony Camargo. Ese tema, que hoy suena como si siempre hubiera sido parte del paisaje sonoro de diciembre, se fundió con el conteo que él recitaba con voz grave y pausada. Así nació un ritual colectivo. Para muchos, la llegada del nuevo año no era oficial hasta escuchar su “5-4-3-2-1… ¡Feliz Año, Costa Rica!”.
Después de cincuenta años acompañando ese minuto exacto en que se cierra una etapa y comienza otra, José Ángel se retiró en 2015. Pero su voz, tan instalada en las costumbres del país, nunca se fue del todo. En 2023 aceptó una invitación especial para volver a hacer el conteo. Lo movió la gratitud: hacia quienes lo escucharon, hacia quienes crecieron con él, hacia quienes había acompañado sin conocerlos.
Ese regreso despertó algo profundo: la memoria del arroz con leche en la mesa, de las familias reunidas, de los abrazos apretados justo después del último número. Porque José Ángel Vásquez no fue solo locutor. Fue un guardián de tradiciones, un cronista de esperanzas, alguien capaz de darle forma al silencio exacto antes de un comienzo.
Sus cincuenta años de conteos no fueron solo registros: fueron una línea del tiempo emocional. Cada “Feliz Año” que pronunció fue una despedida, una promesa, una esperanza renovada para un país que aprendió a atravesar diciembre con su voz como brújula.
Puede repasar la historia completa en el video disponible en la portada del artículo.
Lea también
Nacional
El anuncio que estremeció la radio tica: Carlos Lafuente revela el peso de una gratitud inesperada
En otra época la aviación de Costa Rica dependía de esta radio, sus programas llegaron a oídos de la reina Isabel y ahora, por un audio de su director, recibieron un apoyo con una magnitud inesperada.