MasQN
Su fe venció el cáncer y ahora cocina como ofrenda a la Virgen
Cada año, Doña Ana sirve con gratitud en los festejos de Salitrillos. Sus comidas típicas son una forma de agradecer los favores recibidos por la Virgen de los Ángeles.
En Puntarenas hay un nombre que despierta sonrisas y antojos: Vilma Soto, mejor conocida como “La Negra”, ícono del Paseo de los Turistas y reina indiscutible del vigorón.
Con su carisma contagioso y una sazón que traspasa generaciones, “La Negra” lleva más de 30 años endulzando la vida de quienes visitan el puerto. Su mesa, adornada con hojas de yuca y vigorón recién hecho, es una parada obligatoria no solo por el sabor, sino por la historia de lucha que representa.
Vilma crió sola a sus cinco hijos. Lo hizo a punta de trabajo, constancia y amor. Con cada plato servido, sembraba también un futuro para su familia. Hoy, uno de sus hijos es médico y los demás también se convirtieron en profesionales. Todos son reflejo de ese legado de dignidad que ella cocinó a fuego lento.
Además de agregar color al paisaje gastronómico de Puntarenas, “La Negra” se ha convertido en una figura emblemática y entrañable para quienes la conocen y un ejemplo para quienes la descubren. Porque cuando hay ganas, el puerto no solo es mar: también es hogar, sabor y corazón.
Repase su inspiradora historia en el reportaje completo disponible en el video que aparece en la portada de este artículo.