POR Diana Vásquez | 18 de diciembre de 2025, 18:55 PM

María Paula Ortiz camina con la serenidad de quien sabe hacia dónde va. Desde muy joven tuvo claro que su interés por la ciencia y la innovación no era una curiosidad pasajera, sino una vocación que pedía un espacio para crecer. Ese lugar, para ella, siempre fue el Tecnológico de Costa Rica.

Con esa meta presente, se preparó para el examen de admisión con constancia y disciplina. Hubo horas de estudio, jornadas largas y renuncias silenciosas. El esfuerzo tuvo recompensa: María Paula obtuvo uno de los puntajes más altos del proceso, un resultado que no solo confirma su capacidad académica, sino que abre la puerta a su anhelado camino como futura ingeniera en biotecnología.

La noticia llegó sin previo aviso y transformó la rutina familiar en un instante inolvidable. Al ver el resultado, la sorpresa se mezcló con la alegría y el orgullo. María Paula volvió a mirar la pantalla, como si necesitara asegurarse de que ese número era real. Lo era. Y con él, la certeza de que cada desvelo había valido la pena.

El primer impulso fue buscar a su familia. En ese abrazo se concentró todo: el alivio, la emoción y la gratitud. Porque detrás de ese logro hay una historia compartida, marcada por el acompañamiento constante, las palabras de aliento y la confianza plena de quienes nunca dudaron de ella.

Hoy celebran un triunfo que es colectivo. No solo el de una joven que alcanzó un puntaje excepcional, sino el de una familia que caminó a su lado. La historia de María Paula Ortiz recuerda que cuando la constancia se sostiene con amor y respaldo, los sueños dejan de ser promesas y empiezan a convertirse en realidad.

Para conocer más detalles de este logro y escuchar su historia en primera persona, puede repasar el reportaje completo en el video que está en la portada.

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