Por Sebastián Durango 15 de diciembre de 2025, 17:55 PM

En el corazón de La Trinidad de Moravia, cada mañana comienza mucho antes de que amanezca. A las tres en punto, cuando la ciudad aún duerme, los hornos ya están encendidos y el aire empieza a llenarse de olor a pan recién horneado. Allí trabaja Jean Carlos Ruíz, el pastelero más joven de la zona y el rostro detrás de La Adictiva Pastelería.

El emprendimiento nació cuando Jean Carlos tenía apenas 22 años. Hoy, con 25, el local se ha convertido en un punto de encuentro para vecinos y amantes del sabor. Su rutina es exigente: limpiar, preparar masas, hornear pan fresco y atender personalmente a los clientes hasta las seis de la tarde, siempre con la serenidad de quien eligió hacer de su pasión un oficio.

Además del pan del día, sus queques se han ganado un lugar especial en las celebraciones de la comunidad. No llegaron por casualidad. El joven emprendedor descubrió su vocación en la panadería de un amigo, donde aprendió “a punta de práctica”, sin manuales ni atajos, con la idea fija de tener algún día su propio negocio.

Hoy ese sueño es una realidad que no solo endulza las mañanas de Moravia, sino que también inspira a otros jóvenes a confiar en sus talentos y apostar por ellos. La Adictiva Pastelería es la prueba de que la disciplina, la dedicación y las ganas de aprender también pueden hornearse. Y salir bien.

Al final de esta historia, le invitamos a repasar el reportaje completo en el video que aparece en la portada del artículo.

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