POR Rubén McAdam | 2 de diciembre de 2025, 17:55 PM

Antes de que su hijo se volviera una figura viral, ya existía en Desamparados un panadero que abría puertas, conversaciones y madrugadas. Don Antonio Cerdas, el papá de “Mailo Pana”, trabajaba cuando el resto del barrio dormía y dejaba en el aire un olor capaz de despertar memorias. Su historia comenzó temprano: tenía apenas 13 años cuando entró a una panadería por necesidad, sin saber que ese oficio terminaría definiendo su vida.

Lo que empezó como sobrevivencia se convirtió en vocación. A fuerza de curiosidad y disciplina aprendió técnicas, recetas y secretos que solo revela quien entiende el pan como algo vivo. Con el tiempo abrió su propio negocio en San Rafael Abajo de Desamparados, un local que transformó en un pequeño universo: fue la única panadería de la zona que nunca cerró, abierta 24 horas, 7 días a la semana. Esa decisión lo convirtió en alguien imprescindible. De madrugada o al mediodía, siempre había una luz encendida, un pan recién salido del horno y una sonrisa esperando a quien llegara.

El carisma de don Antonio terminó siendo parte de la receta. Es un hombre que saluda, escucha y se toma el tiempo para saber quién está frente a él. Por eso, su panadería se volvió punto de encuentro: ahí nacieron historias, crecieron niños y se tejieron amistades que aún reconocen el aroma que él amasaba a diario.

Para su hijo, Mailo Pana, la figura de don Antonio va más allá del parentesco. Es su maestro, el origen de todo lo que hace y la fuente de la creatividad que lo llevó a viralizar sus propios contenidos. La historia de Mailo solo existe porque antes hubo un padre que entendió el trabajo como un gesto de cariño hacia los demás.

La de don Antonio es la historia de un hombre que, con recetas que saben a hogar y un corazón que no conoce horarios, levantó una panadería que se volvió tradición y memoria de todo un pueblo.

Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada del artículo.

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