POR Johnny López | 25 de agosto de 2025, 18:55 PM

En una comunidad donde el agua y la electricidad tardaron en llegar, hoy brota algo mucho más valioso: la esperanza. Hace 25 años, Río Magdalena, en La Virgen de Sarapiquí, nació del suelo y del esfuerzo colectivo.

Con apenas 42 parcelas entregadas por el INDER, sus vecinos levantaron sus hogares en medio de la carencia: sin agua potable, sin luz y aún sin transporte público. Sin embargo, la historia dio un giro. Hoy el aire huele a plantas, a mujeres emprendedoras y a sanación.

Entre ellas está Ana Calderón Molina, quien encontró en las plantas medicinales —lavanda, menta, citronela, romero y eucalipto— la oportunidad de transformar su vida y la de su comunidad. Su proyecto, más que un emprendimiento, se convirtió en una forma de unión, propósito y dignidad.

Con el respaldo de la Fundación Buscadores de Perlas, las mujeres de Río Magdalena construyeron invernaderos y comenzaron a cultivar en sus parcelas. Lo que inició como una salida económica evolucionó en una red de apoyo, donde cada cultivo aporta al futuro y a la autonomía de la comunidad.

De ese esfuerzo nació Nany’s Hidrosoles, marca creada hace poco más de un año y medio. Mediante un proceso artesanal de destilación por vapor, las plantas se transforman en esencias terapéuticas y naturales. Cada gota, dice Ana, es como “llevar el bosque en un frasquito”. Los usuarios coinciden: son suaves, efectivos y reconfortantes, incluso para quienes nunca habían probado algo tan natural.

Más allá del producto, el valor de este proyecto está en lo que representa: unión, empoderamiento y sustento compartido. En Río Magdalena, las raíces no solo sanan el cuerpo, también siembran comunidad y esperanza.

Encuentre el reportaje completo en el video disponible en la portada del artículo.

Lea también

MasQN

Cómo un garaje en Heredia se convirtió en la fábrica de orgullo patrio

Desde un pequeño taller en Heredia, TAFON pasó de crear uniformes para docentes a vestir con orgullo las celebraciones patrias.