Por Greivin Moya |2 de abril de 2019, 14:09 PM

A mediados del 2014 dimos a conocer este caso que causó indignación en todos los asegurados y que motivó la entrega de más de 15 reportajes sobre el tema.

En muchos casos los nombres de asegurados fueron utilizados para justificar el cobro de pines, clavos, tornillos y platinas que nunca les colocaron.

Incluso se descubrieron casos de pacientes con cirugías de cataratas, en las que se indicaba, increíble pero cierto, que se les había colocado un pin o un tornillo ortopédico.

También había personas fallecidas dentro de la lista de los requerimientos de pago por la aplicación de insumos de ortopedia, un terrible descaro que encendió la luces de nuevo de corrupción dentro de la Seguridad Social del país. Y que fue descubierta y denunciada en el Hospital Calderón Guardia por el jefe de cirugía del centro médico de ese momento.

Incluso quienes hacían las facturas de la empresa para cobrar los insumos de ortopedia también tomaron los nombres de pacientes de cirugías que nada tenían que ver con ortopedia para cobrar los insumos.

Y también tomaron pacientes de listas de espera para justificar el cobro de pines, tornillos platinas y clavos, cuyas cirugías estaban para realizarse dentro de dos años o más.

Increíblemente aparecían en facturas de cobro como si hubiesen sido operados, provocando así una burla para los pacientes en lista de espera.

En total eran 1025 facturas, en el caso del hospital Calderón Guardia, con inconsistencias que sumaban unos 2 millones 300 mil dólares.

Pero eso solo parecía ser la punta del iceberg.

Todo esto motivo una investigación de la policía judicial y también de la auditoría de la Caja que descubrieron, además, múltiples inconsistencias en otros hospitales, como en Cartago, el México y el San Juan de Dios.

Y en todas estaba involucrada la empresa Synthes que proveían los insumos ortopédicos a la Caja, ellos eran los encargados de presentar y cobrar las facturas.

También se realizó un allanamiento a las instalaciones de los hospitales y a la empresa, pues está claro que todas las facturas deberían haber tenido un visto bueno de algún médico o jerarca que autorizó la cirugía y la colocación de los insumos de ortopedia en los pacientes ficticios que se anotaron por montones.

Cuando intentamos conversar con los representantes de la empresa que vendió los insumos a la Caja, declinaron referirse al asunto y el representante legal en ese tiempo, Castaños López, luego de la acción de la Fiscalía, salió del país.

Pero sin duda este es uno de esos casos en deuda con la seguridad social del país y con la transparencia, pues ha tardado mucho en acusarse, aun cuando estaba denunciado desde el 2014 con las pruebas, las facturas y las personas aseguradas que nunca recibieron los pines, tornillos, platinas y demás insumos de ortopedia.