Por Yahaira Piña |16 de agosto de 2018, 7:30 AM

La utilización de la planta de la marihuana con fines medicinales no es algo nuevo en diferentes países del mundo.

Desde hace 50 años, Israel trata de convertirse en el epicentro del uso medicinal del cannabis.

Pero en junio anterior la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó el primer medicamento oral a base de marihuana llamado epidiolex.

Es un tratamiento para las convulsiones asociadas con dos formas raras y graves de epilepsia. Se puede utilizar en pacientes de dos años o más.

Esta es la primera fórmula farmacéutica de cannabidiol altamente purificado a base de la planta.

El cannabidiol, también llamado CBD, es uno de los más de 80 productos de la planta, pero a diferencia de otros no tiene efecto psicotrópico.

La FDA ya había aprobado versiones sintéticas de algunas sustancias químicas cannabinoides para otros fines, incluido el alivio del dolor causado por el cáncer.

La Organización Mundial de la Salud también informó que el  cannabidiol, uno de los componentes de la marihuana, sirve para tratar ciertas enfermedades y no genera adicciones.

Pero que ha pasado en Costa Rica con esta discusión.

En el 2015 se presentó en la Asamblea Legislativa el proyecto de ley 19.256  que propone la investigación, regulación, control de plantas cannabis y cáñamo para uso medicinal, alimentario e industrial.

Ese mismo año el Ministerio de Salud emitió un criterio técnico donde avalaba la iniciativa.

Sin embargo, en este mes ese proyecto podría quedar archivado si los nuevos legisladores no retoman su discusión.

Pero no todo se centra en el proyecto de ley

En el Instituto Costarricense sobre Drogas tiene incluso otra posición al respecto.

Sus jerarcas aseguran que con un reglamento del Ministerio de Salud sería suficiente para permitir el cannabis medicinal en Costa Rica.

Lo que si es cierto es que mientras se da esta discusión, se promueve algo que si preocupa a las autoridades médicas: el comercio ilegal.

Lo que si podría hacer el país es permitir el ingreso de medicamentos que cuenten con los permisos de la FDA para tratar el cáncer, la epilepsia y otros padecimientos.

Mientras tanto en manos de los diputados está avalar o no el uso medicinal de la marihuana.