1 de abril de 2014, 13:13 PM

Las llantas viejas son un paraíso para el mosquito del dengue, especialmente cuando las personas las tiran en los ríos o lotes baldíos.

En San Carlos una pareja buscó la manera de sacarle provecho a las llantas,  y montaron un negocio que les cambió la vida.

Ellos se dedican a fabricar unos coloridos maceteros,  siendo el gallo pinto su primera creación.