Doña Ligia nunca pensó que su vida terminaría ayudando a adultos de otras familias con sus capacidades especiales.

Ella lo fundó gracias a su hija Cindy, quién por una incompatibilidad con la sangre sufre una enfermedad que la hizo replantear que era lo que quería con la vida y como sería a partir de ese momento.

Fue entonces cuando creó AIDEP, en Barva ayuda a decenas de personas.