8 de septiembre de 2015, 1:03 AM

Los teléfonos inteligentes hacen que la vida sea más fácil. Pero cuando se abusa de ellos, las consecuencias son más que evidentes.

Según los expertos, las personas controladoras y perfeccionistas son más propensas a convertirse en adictos  a la tecnología.

La adicción a la tecnología provoca fatiga, lo que hace que el hipotálamo libere más dopamina.

Esto se traduce en aumento de la frecuencia cardiaca, cambios de humor y alteración del sueño.

Los expertos recomiendan implementar atardeceres tecnológicos, que lo alejen de los dispositivos cuando la noche se acerca.

A la hora de dormir es mejor poner el teléfono en silencio y mantenerlo lo más lejos posible de su cama.