Por Luis Jiménez |28 de mayo de 2023, 13:16 PM

Las pruebas de ácido desoxirribonucleico (ADN) cambiaron el paradigma en la lucha contra el crimen, al permitir la identificación de perpetradores o de víctimas a partir de gotas de sangre, fragmentos de hueso o hasta cabellos. 

Sin embargo, en ocasiones, hay preocupación porque esas pruebas duran mucho tiempo en arrojar resultados.

A nivel forense este tipo de pruebas son muy complejas porque se componen de muchas fases donde se necesita romper las células para poder sacar el ADN y, dependiendo de la calidad y cantidad de las muestras, así de rápido será el resultado.

Cuando los médicos científicos logran obtener una muestra adecuada para el respectivo análisis, primero se realizan muchas copias iguales de la molécula de ADN que está en la muestra para que después puedan ser llevados a analizadores genéticos y poder formar el perfil genético de la persona.

Eugenia Fernández, jefa de la Sección de Bioquímica del Departamento de Ciencias Forenses del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), explicó que una vez que se tenga ese perfil genético, se inicia con la segunda fase de la prueba de ADN, que es hacer una comparación de ese perfil genético con lo que le solicite la autoridad judicial de acuerdo con el caso e investigación.

“Si tenemos una escena del crimen con muestras de sangre, vamos a comparar ese perfil genético con el de la persona ofendida. Si esa comparación se da, o sea, si hay coincidencia de perfiles, nosotros vamos a hacer un análisis estadístico y sacar una probabilidad o a darle un valor numérico a esa coincidencia para saber qué tan valiosa es para la investigación y eso conlleva una prueba muy compleja.

“Una prueba nunca sale de un día para otro porque todas esas fases duran su tiempo. El análisis de una persona a nivel forense puede durar hasta tres meses. Hay muestras o casos que van a salir antes que otros y eso va a depender de varios factores, pero lo más importante es primero el tipo de muestra que analizamos”, dijo Fernández.

Para la experta, no es lo mismo sacar el ADN de una muestra de sangre que de un hueso sano o de uno que está dañado, ya que hace el proceso se vuelve más complejo.

“A nivel forense, la mayoría de las muestras no son ideales, son muestras complejas. Sin embargo, hay muestras que van a ser más problemáticas que otras. La cantidad y calidad de ADN es fundamental para el análisis respectivo, pero si hay daños en las muestras y muy poquita cantidad se deben repetir los análisis una y otra vez.

“Cuando esto pasa vamos a tener que durar más en esas fases, entonces por eso se dura más y, como otro punto importante, es también lo que solicita la autoridad judicial. Si tenemos una escena del crimen, por ejemplo, donde tenemos que comparar una muestra de sangre con una muestra del ofendido, es más sencillo que si tenemos que comparar 40 muestras que se encontraron en la escena del crimen, con la muestra del ofendido”, comentó Fernández.

En el Laboratorio de Genética Forense de Costa Rica laboran 33 personas, trabaja todos los días del año y según la doctora, ningún caso depende de un solo analista.

Las pruebas de ADN son más fáciles de obtener en personas vivas que en las fallecidas porque en los muertos las células se degradan muy rápido, lo cual genera que el resultado sea más difícil de obtener.

“Las pruebas de ADN son lentas por su grado de complejidad. Nosotros recibimos aproximadamente mil solicitudes al mes, de esas, unas 750 son de casos penales, o sea, criminalístico", agregó Fernández. 

La Sección de Bioquímica del Departamento de Ciencias Forenses recibe pruebas para ver casos de robo, homicidios, desapariciones y hasta de paternidad.

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