Por Bárbara Marín |24 de noviembre de 2020, 10:23 AM


La pandemia no frena a los diferentes miembros de pandillas que buscan instalarse en Costa Rica. Hasta este 23 de noviembre se han registrado 34 detenciones de personas vinculadas con este tipo de organizaciones, provenientes de El Salvador, Honduras y Nicaragua.

Este lunes, oficiales de Migración detuvieron a un sujeto de apellidos Miranda Ramos, quien transitaba por la vía pública en San José. El hombre de nacionalidad salvadoreña cuenta con antecedentes penales por privación de libertad, además, tiene registros de pertenecer a la Pandilla MS-13, Mara Salvatrucha.

Según los sistemas informáticos de la policía, Miranda Ramos presenta una orden de captura en su país natal, por lo que fue trasladado hasta el Centro de Aprehensión para su proceso de deportación.

Ante estos casos, surge la interrogante: ¿es Costa Rica un país que genera comodidad para este tipo de delincuentes?

Daniel Calderón, director de la Fuerza Pública, considera que no.

“No diría que trabajen cómodamente, hemos sido efectivos. La cantidad que vemos hoy es una cantidad que hemos logrado mantener bajo control por acuerdos con policías de Centroamérica e intercambio de información. Hemos tenido casos de personas que se cambian de identidad, pero con los técnicos en huellas y con la información que nos pasa El Salvador, nos permite dar prioridad en la atención de pandillas”, asegura Calderón.

Según el jerarca policial, estos grupos, en su mayoría, huyen de su país por amenazas de muerte o en busca de oportunidades para reiniciar una nueva vida, “pero lamentablemente vienen con un historial criminal que es difícil que abandonen”, admite.

 Es decir, ¿no llegan al país para iniciar sus actividades criminales o iniciar un reclutamiento de personas hacia la organización criminal?, como ha pasado en las pandillas mexicanas, instauradas en Estados Unidos.

“Por lo menos hasta ahora no se puede establecer así, pero no se puede descartar; lo que si es cierto es que se han logrado detectar rápidamente y se han expulsado del país. Existe una comisión de jefes de policía centroamericana y hay una subcomisión específica para tratar estos temas. Si tuviéramos algún nexo masivo, ya tendríamos alertas por las policías de la región”, sostiene el director de la Fuerza Pública.