Autoridades judiciales han lidiado con varios asesinatos múltiples en los últimos años
El más reciente que se tenía registrado donde varias personas fueron asesinadas sucedió en Copey de Dota, donde una familia fue asesinada en mayo del presente año.
En los últimos años, los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) han tenido en sus manos varias investigaciones de asesinatos múltiples. Estos hechos de sangre han sido motivados por ajustes de cuentas, cobros de deudas y asaltos, entre otras razones.
El suceso más reciente se presentó la tarde de este jueves dentro de una vivienda en Alajuela. Allí las autoridades encontraron los cuerpos de tres hombres, quienes al parecer fueron ejecutados.
Otro caso que movió a la opinión pública fue el asesinato de una familia en Dota, Zona de Los Santos, en mayo del presente año.
En esa ocasión tanto los padres, como sus dos hijos, una niña de 9 años y un menor de 11, fueron ultimados a causa de una deuda sin pagar.
El cuerpo de la niña fue ubicado dentro de la vivienda, mientras que el resto de la familia fue localizada en las cercanías.
Mientras las investigaciones en Dota permitieron identificar a los sospechosos, una familia vecina de Boston de Matina, Limón, desapareció de su casa, sin que el OIJ haya determinado qué sucedió con ellos.
Se trata de Andrea Angulo de 30 años, policía turística; su esposo, Víctor Julio Blanco de 32 años, expolicía y las dos hijas de ambos. El caso sigue bajo investigación.
Mientras que el pasado 2 de agosto del 2014, César Ucita y Luis Alberto Pichiri fueron asesinados en Loma Linda de Desamparados, la investigación concluyó en que todo se trató de una venganza por drogas.
Tres días después, los hermanos Rebeca y Juan Alejandro Guzmán fueron asesinados de varios disparos, hechos desde una motocicleta. Ella era madre de siete hijos.
Los hechos ocurrieron en Desamparados.
En febrero 2014, Wilson Fuentes y Freddy Concepción Ríos fallecieron en Paso Canoas. Les dispararon desde un vehículo en movimiento, al parecer como represalia por un dinero no pagado.
En La Fortuna de San Carlos, en febrero del 2013, asesinaron a un empresario hotelero y a sus dos hijos.
El triple crimen cobró la vida de Geovanny Soto Ruiz, sus hijos Emmanuel de 18 años y Juan Mauricio de 27.
A ellos los encontraron sin vida en distintos lugares de La Fortuna con heridas de bala y arma blanca. La investigación señaló que el móvil del triple homicidio habría sido una deuda millonaria que tenía el hotelero.
Por este crimen detuvieron a dos ciudadanos de Nicaragua, a quienes habrían contratado para el asesinato.
En junio del año 2011 ocurrió el asesinato del matrimonio de Luis Diego Chacón Chaves de 30 años y su esposa Jacqueline Madrigal Sánchez de 29 años. Ambos fueron muertos dentro de su vivienda durante un asalto.
Chacón era el propietario de una carnicería en el mercado de Heredia. La hija de ambos, de cinco meses, fue dejada con vida.
Un mes después, las dueñas de una tienda y una empleada fueron asesinadas en San Joaquín de Flores, durante un asalto.
Las víctimas fueron identificadas como Sonia Virginia Rodríguez Ulate de 60 años, su hermana Guiselle María de 52 y Carolina Del Socorro Herrera Salazar de 31 años.
Otra página triste en la historia de las familias ocurrió en setiembre del 2009 en El Carmen de Goicoechea.
Allí un padre asesinó a sus dos hijos de 3 y 7 años y luego se suicidó. Lo hizo tras recoger a los pequeños en la casa de su suegra.
Se los llevó por un trillo y les disparó.
Antes del crimen, Jorge Loaiza, de 36 años, escribió una carta en la que indicó lo que haría, motivado por los celos, ya que la madre de los niños lo había abandonado y tenía otra pareja.
Otro sonado caso fue el triple asesinato que ocurrióp en barrio Fletcher de Llorente de Tibás.
Hace casi 20 años, en noviembre de 1995, dos hombres entraron a la casa de la familia Vargas y asesinaron al padre, la madre y un hijo de apenas año y medio.
El padre, Carlos Vargas era gerente de una sucursal bancaria y el plan era obligarlo a abrir la bóveda del banco y luego matar a toda la familia.
Los otros dos hijos de la pareja sobrevivieron y avisaron a los vecinos. Los homicidas creyeron que los mataron, y gracias a los pequeños los capturaron.
Por este triple crimen condenaron a Alexander Vargas a 173 años y a Olman Salas a 155 años de cárcel.