Por Teletica.com Redacción |29 de abril de 2016, 16:46 PM

Doris es hondureña. A Costa Rica llegó hace tres años. De pómulos rojizos y una sonrisa agradable en su rostro, aquí se ha ganado la vida como empleada doméstica. No tiene seguro social y a sus 30 años, nunca se ha hecho el papanicolau.

Por eso acudió a la Casa de Socorro El Buen Samaritano, en Pavas, San José, para realizarse una prueba que bien podría salvarle la vida. Ella es una de las beneficiadas con la campaña que emprendieron los estudiantes del Colegio Universitario San Judas Tadeo para efectuar, durante este año, 150 papanicolaus gratuitos a mujeres de escasos recursos sin seguro social.

Los jóvenes estudiantes de Medicina, quienes brindan sus servicios en atención primaria bajo la supervisión de dos médicos, tienen en la mira a vecinas de Lomas del Río y Rincón Grande, muchas de las cuales nunca se han efectuado la prueba.

Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud,  el cáncer de cuello uterino es el tercero de mayor incidencia entre las mujeres en Costa Rica y el cuarto en mortalidad. El examen no demora más de 10 minutos y para una mujer que tiene seguro social, es de rutina practicarlo cada año, una vez que inicia su vida sexual.

No obstante, para alguien de escasos recursos y sin orden patronal, acceder al papanicolau implica una erogación económica que podría no estar al alcance de sus manos. Los universitarios procuran captar donativos a través de una página web, creada por la estudiante de la Licenciatura en Comunicación de Masas, Dalia Vega, para darle un impulso a esta causa.

Los jóvenes también han llevado a cabo actividades extracurriculares como una carrera solidaria y rifas. “Si una de esta mujeres quisiera acudir a una clínica o consultorio privado, el costo podría rondar los ¢30 mil, tomando en cuenta la consulta, materiales requeridos para extraer las muestras y el análisis de dichas pruebas”, explicó la docente María Fernanda Sánchez.

Esto hace que la demanda de ese tipo de exámenes en Pavas sea alta. Desde marzo, cuando comenzaron a realizarse los exámenes, se han atendido más de 50 pacientes que difícilmente hubieran podido pagar esa suma.

En Pavas, la vulnerabilidad social ataca especialmente a las mujeres. De acuerdo con datos de la Municipalidad de San José, estas ocupan el 60% de la población económicamente inactiva del distrito. De hecho, sus indicadores socioeconómicos se encuentran dentro de los menos favorables del Cantón Central de San José, junto con La Uruca.

Algunas de las beneficiarias confiesan llevar años sin realizarse el examen, como es el caso de Jacqueline. Ella tiene cinco años de no tener seguro social, periodo en el cual no se ha hecho el papanicolau. “Antes de entrar (al consultorio),  estaba muy nerviosa, pero ya después me calmé porque son muy amables y atienden muy bien”,  afirmó.

Para Álvaro Camacho, presidente de la Fundación Mateo Talbot, que confluye en la Casa de Socorro junto con las Hermanas Misioneras Scalabrinianas y la San Judas, la campaña llevada a cabo por la casa de enseñanza ha sido de gran acogida entre la comunidad.

“Hay muchas señoras que no tienen la facilidad de hacerse el papanicolau porque no tienen papeles, seguro social ni dinero. La comunidad está muy agradecida por esa gran obra social que se ha efectuado por medio de la universidad y de la Casa de Socorro. La voz ha llegado más allá de las fronteras que nos habíamos trazado. Ya no llegan solo de Rincón Grande y Lomas del Río. Ahora inclusive está llegando gente del sector de Demasa, Villa Esperanza y el centro de Pavas”, puntualizó.

A los universitarios les ilusiona la idea de poner sus conocimientos al servicio de esa comunidad. “Las pacientes estaban muy dispuestas a  hacerse la toma de la muestra para su citología. En los los hospitales grandes, los especialistas con quienes hacemos las prácticas se ocupan de realizar procedimientos más complejos, así que esta es una gran oportunidad para aprender a hacer el papanicolau”, expresó la estudiante María Alejandra Mejía.

La rectora del Colegio Universitario San Judas Tadeo, doctora Helia Betancourt, hizo hincapié en que las mujeres que nunca se lo han realizado son una incógnita que se quiere resolver a nivel de la prueba y no cuando estén ya hospitalizadas.

“Hemos venido atendiendo mujeres en el consultorio médico que presentan displasias o algún tipo de problema que no se puede diagnosticar si no es con el papanicolau; por eso la campaña responde a esa necesidad. Entonces decidimos buscar recursos para facilitar los materiales para que se realicen las pruebas y, sobre todo, el análisis de esas pruebas en los laboratorios clínicos”, concluyó.

Desde su apertura, el 26 de mayo del  2013, la Casa de Socorro El Buen Samaritano ha donado a la comunidad de Pavas el equivalente a ¢73 millones en consultas médicas. La universidad destina ¢2 millones mensuales para gastos administrativos.