La casona de Santa Rosa abraza la histórica defensa de la soberanía nacional
En medio de la Hacienda se levanta la emblemática casona, escenario de una de las páginas más gloriosas de la historia costarricense.
Enclavada en medio del bosque seco de Guanacaste, está Santa Rosa. La historia de este pedazo de tierra se remota a más de 300 años. En el pasado esta fue una de las haciendas más grandes del país.
En medio de la hacienda se levanta la emblemática casona, escenario de una de las páginas más gloriosas de la historia costarricense.
El 20 de marzo de 1856, un puñado de ticos expulsó de ahí a los filibusteros, comandados por William Walker, un estadounidense con tendencias esclavistas, que se regía bajo la doctrina del "Destino manifiesto", una ideología que propiciaba el dominio de los países poderosos sobre los pequeños.
Walker ya se había establecido en Nicaragua y planeaba conquistar las cinco naciones centroamericanas.
El presidente de entonces, Juan Rafael Mora Porras, intuye las intenciones de Walker, le declara la guerra a Nicaragua, y hace un llamado a los costarricenses para defender al país.
El 4 de marzo los soldados ticos inician su marcha desde San José hacia la frontera norte. En Liberia se encuentran con otro batallón al mando de José María Cañas.
Los filibusteros envían tropas que ingresan al país por un camino que unía Nicaragua con Liberia y se establecen en Santa Rosa el 19 de marzo.
Un día después, los costarricenses llegan a la hacienda armados con rifles, sables y bayonetas y a las 4 de la tarde inician el ataque.
Tomaron por sorpresa la vieja casona y en apenas 14 minutos logran un triunfo histórico para nuestro país.
La que se puede observar actualmente no es la casona original. La edificación en la que se registró la batalla fue demolida en 1895 por el propietario de la época, el médico nicaragüense Manuel Barrios.
Se levantó luego una segunda casona que lamentablemente se quemó el 9 de mayo del 2001.
Ese día un incendio provocado por cazadores furtivos consumió el 80% de la estructura.
Fue así como 132 días después del incendio, la casona restaurada abrió sus puertas el 20 de marzo del 2002.
Sin embargo, el proceso fue deficiente y se utilizaron materiales de mala calidad, lo que hizo necesaria una nueva intervención que concluyó en el 2012.
A pesar de que la actual es una "tercera versión" de la casona original, sigue siendo para los ticos un símbolo de libertad y defensa de la soberanía.
Johan Martínez trabaja en el programa de ecoturismo de Santa Rosa, regularmente recibe visitantes y les cuenta lo que ahí ocurrió hace 158 años.
De esta forma, se mantiene vivo uno de los pasajes más emblemáticos de nuestra historia, el de la heroica batalla en la que los labriegos sencillos derrotaron al ejército invasor.