5 de marzo de 2014, 2:47 AM

El Airbus a-340-600 que utiliza la aerolínea Iberia, es el avión de pasajeros más largo del mundo, capaz de transportan 380 personas de un lado a otro del Atlántico.

Un pasajero grabó desde el interior su despegue y lo subió a la red. Es un vuelo seguro y tranquilo, pero para este tipo de aviones y otros todavía más grandes que están ya en funcionamiento o que están a punto de entrar al mercado, ya nuestro aeropuerto Juan Santamaría resulta inadecuado.

Para que el avión de Iberia cupiera, hubo que construir una terminal especial, desplazada más al norte. Es la primera que vemos cuando pasamos frente al aeropuerto.

Dicho en otras palabras, el Juan Santamaría está llegando al fin de su vida útil como aeropuerto internacional.

El tema no es nuevo. Desde 1976 se consideró la necesidad de trasladar la terminal a El Jardín de Guápiles o a un lugar cercano a la costa del Pacífico.

En 1997, durante el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez, el Gobierno contrató un estudio para modernizar el aeropuerto y para indagar la posibilidad de construir un nuevo aeródromo.

Ese llamado plan maestro, con un costo de 27 millones de dólares, pretendía darle al Santamaría utilidad por veinte años más.

Hoy, un nuevo estudio ha llegado a la conclusión de que el nuevo aeropuerto debe estar ubicado en Orotina, cerca de Coyolar.

Precisamente, nuestras cámaras visitaron ese poblado, y un punto frente a la finca de La Cañera. El sitio exacto y los terrenos a expropiar no están definidos, pero posiblemente el nuevo aeródromo estará cerca de ahí. Como puede verse son terrenos planos, sin montañas, construcciones ni bosques cercanos.

El sitio se escogió entre un grupo de localidades cercanas, que incluyen Pitahaya, Caldera, Tárcoles y Cascajal. Influyeron en su escogencia su clima y sus vientos, su topografía y su colocación respecto a la capital.

Se trata de una obra que abarcará 600 hectáreas, entre pistas de aterrizaje, edificios terminales y de control, zonas de seguridad y otros.

Por el aeropuerto Juan Santamaría transitan tres millones de pasajeros por año. En su arranque, el nuevo atenderá a 10 millones, aunque su capacidad instalada final será de 40 millones de pasajeros a cuya atención se dedicarán 150.000 metros cuadrados de instalaciones.

Como ejemplo, algunos bocetos que no corresponden a nuestro aeropuerto, sino al nuevo aeropuerto Jorge Chávez de Lima, nos permiten tener una idea de cómo podría lucir el nuestro en el futuro.

Además, ambos tienen una curiosa característica: poseen no una sino dos pistas de aterrizaje, que permiten el uso ininterrumpido. Actualmente, cuando un avión está aterrizando o despegando, los otros tienen que esperar haciendo fila.

El nuevo aeropuerto es llamado amistosamente El 2025, porque se supone que estará listo en esa fecha, cuando ya la concesión con la empresa Aides haya expirado.

Después del 2015, el Santamaría se convertirá en un aeropuerto alterno, también con rango internacional, y absorberá toda la labor del Tobías Bolaños.

El terreno de este último es motivo de sueños. Allí podría construirse un nuevo parque metropolitano similar a La Sabana, abrir canchas deportivas y de cultura, crear bosques. Es algo que cualquier planificador se desearía.

Mientras tanto, ¿se imaginan ustedes tener que ir a tomar un vuelo a Orotina un domingo por la tarde con las presas comunes en la ruta 27?