Por Natalia Jiménez Segura |22 de octubre de 2021, 9:26 AM

En Costa Rica hay 476.756 personas adultas mayores y, durante este mes, Teletica.com se ha dado la tarea de celebrarlo, recordando y compartiendo la realidad de esta población, que para el 2050 representará a un 25% de la demográfica nacional.

Los problemas a los que se enfrentan estas personas varían dependiendo de la zona donde vivan. Mientras que los adultos mayores en Heredia reclaman deficiencias en el transporte público, en San José recalcan el hecho de que muchos de ellos están en condición de calle. Si en Guanacaste los entrevistados destacan el gusto por vivir en una región rural y con acceso a centros diurnos, los de Limón señalan que sufren la indiferencia de una cultura que no valora a esta población.

A continuación repasamos, de la boca de los adultos mayores que hablaron con esta redacción, cuál es la condición de esta población en cada una de las siete provincias.

Cartago: eterna espera por citas médicas

Don Orlando Maroto Aymerich, de 81 años, va al centro diurno Asociación El Tejar de El Guarco y dice sentirse seguro y feliz de ser adulto mayor.

Sin embargo, hay una situación que incluso por poco le cobra la vida: la eterna espera para recibir una cita médica del Seguro Social. 

"Las citas las dan para mucho tiempo. Yo tuve un problema con el corazón que provocó que me pusieran un marcapasos (...) Me hicieron un electro en el EBAIS y nos dimos cuenta por eso. Pero ya la otra cita era para año y resto", comentó.

Ante esta situación, su familia tuvo que llevarlo a un médico privado, para que este le hiciera las referencias necesarias y pudieran operarlo en el Hospital Calderón Guardia. Asegura que, si se hubiera quedado con la cita que le dieron, todavía estaría esperando.

Asociación Centro Diurno El Tejar de El Guarco

San José: adultos mayores en condición de calle 

La capital se enfrenta a una doble realidad con esta población: muchos de los adultos mayores son habitantes de calle.

Según los últimos datos del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y la Municipalidad de San José, en esta provincia hay 2.566 indigentes. 

Además, Mauricio Villalobos, director de Chepe se Baña, indicó que de ese número, un 12% serían ciudadanos de oro.

Don Raúl Castellanos Moreno, de 68 años, llegó hace cinco meses al Albergue de Tirrases en San José, dedicado específicamente a esta población. Ser habitante de calle no fue su realidad, pero sí la de muchos compañeros suyos.

"Ellos cuentan unos cuentos que le paran los pelos a uno. En esas situaciones se llega a unos extremos realmente muy graves", dijo a Teletica.com.

Este hogar es uno de los pocos que atienden a estas personas, por lo que asegura que, "en tanto se pueda hacer albergues de este tipo o de otro tipo, y que tengan los insumos económicos necesarios y el apoyo gubernamental, sería maravilloso para nosotros".

Personal de Chepe se Baña asistiendo ancianos

De hecho, según el Consejo Nacional de la persona adulta mayor (CONAPAM), la situación de los hogares de ancianos en Costa Rica preocupa cada día más: están saturados y sin suficiente presupuesto para garantizar todos los derechos de calidad de vida de esta población.

Puntarenas: el machismo

Doña Yolanda Segura González, de 76 años, visita el centro diurno de la Asociación Josefina Ugalde Céspedes. Ha vivido toda su vida en Puntarenas y asegura que todas las mujeres, incluso las que son adultas mayores, se enfrentan al problema del machismo. Sin embargo, se siente satisfecha de ser parte de un centro donde se impulsa otra visión de las mujeres.

"Nos habían acostumbrado a que las mujeres éramos para cocinar, lavar, criar los hijos y eso era todo. Ahora no. Aquí aprendemos de derechos, le dan a uno un librito y tenemos personal capacitado para orientarlo a uno. Tenemos una abogada que de vez en cuando viene y lo asesora a uno entonces ahora eso no pasa. Tenemos apoyo psicológico", aseguró.

En el centro diurno dice tener las armas para defenderse. Ahora, vive en paz, bailando y jugando con sus compañeros. Aprendiendo cosas que, cuando era más joven, la cultura machista de su provincia no le permitió conocer.

Guanacaste: los ancianos y su gusto por la vida

La provincia de Guanacaste es reconocida por la gran cantidad de adultos mayores, centenarios y supercentenarios. Don Bruno Latino Ruiz, de 85 años, vive en el Hogar de Ancianos de Liberia y pese a las complicaciones, dice que le encanta ser adulto mayor en ese lugar.

Asegura que entre la población, todos se respetan por igual, independientemente de la edad.

"Para mí ser adulto mayor no me estorba, no me molesta, no pierdo el gusto por la vida y disfruto los años que me quedan (...) Nunca noté nada especial entre los adultos mayores en el tratamiento con las demás personas. Toda la gente se siente bien", dijo.

Además, reconoce que los adultos mayores son una parte importante de la sociedad, gracias a su aprendizaje y experiencia. Esto es algo que los hace sentir valorados en esa provincia, donde suele haber muchos incentivos de proyectos para atender a esta población.

Heredia: deficiencia en el transporte público 

Doña Yamileth Zamora Barrantes, de 69 años, y Óscar Gerardo ​Vega Vargas, de 71 años, son una pareja de esposos vecinos de San Pablo de Heredia. 

Les encanta ser adultos mayores, pero han enfrentado una realidad un poco complicada. Antes de la pandemia, viajaban mucho en bus, pero la experiencia no siempre fue positiva.

"Hay un bus que viene de San Rafael, pasa por aquí en San Pablo, Santo Domingo y La Uruca y la mayor parte de los choferes se molestan con nosotros los adultos cuando presentamos la cédula. A veces nos dicen que pasemos, pero de muy mala manera, otras veces, si solo adultos mayores estamos en la parada, el bus pasa y no nos recoge", comentó.

Ellos asisten y son parte del Hogar Albernia; algo que hasta ahora, dicen que ha sido el regalo "más lindo" que Dios les ha hecho.

Imagen de archivo.

Limón: la cultura hacia los ancianos

En Limón conversamos con doña Ana Dolores Aguirre Rivera, de 96 años. Ella considera que ser adulta mayor significa ser una persona mediante la cual el cariño y el amor de Dios se refleje. Dice sentir siempre mucha paz.

Sin embargo, reconoce que la cultura limonense tiene muchos aspectos mejorables respecto al trato hacia esta población.

"Donde hayan personas con conducta, con cariño, con existencia de compresión va a haber una especie de amor mutuo, de bondad, Primero que nada hay que tener educación y cultura. El problema de nuestro Limón viene también por la falta de cultura. Entonces hay que luchar por una cultura más amplia, todos necesitamos unirnos", dijo doña Ana.

Asegura que muchos ancianos en esa provincia están abandonados, pero cada día se pregunta lo mismo: "¿Por qué están abandonados, si todos somos iguales ante Dios?"

El abandono de esta población es un fenómeno generalizado e todo el país, agravado por la pandemia, que aumentó y puso en evidencia el maltrato y la agresión contra los adultos mayores. Solamente el año pasado, se contabilizaron 94 denuncias por violencia al adulto mayor, como abandono, negligencia, violencia física y patrimonial.

Alajuela: "Nos tratan como si ya fuéramos de salida"

En la provincia de los mangos, la principal queja es el trato que recibe esta población en los centros hospitalarios. Conversamos con una persona que ha trabajado de cerca con esta población durante más de 35 años, Francisco Hidalgo, quien actualmente es el administrador del Hogar de Ancianos Santiago Crespo.

Asegura que en su experiencia, el trato que se le da a los adultos mayores en estos lugares es diferente y, muchas veces, indignante.

“Los ven como que ya van 'de salida'. Entonces, la gente no les da el trato que ellos se merecen y algunas veces los tratan con un espíruto derrotista", apuntó Hidalgo.

"Aunque suene feo, pero piensan como que “están robando oxígeno”. Eso ha sido una lucha de siempre, no es algo de ahorita, yo tengo ya 36 años de trabajar con esta población y siempre hemos tenido problemas en el trato que reciben en los hospitales", indicó.

En algunos casos, han llevado a los ancianos a los hospitales y, debido a la negligencia por parte de algunos funcionarios de salud, los internados regresan con úlceras o en estado de desnutrición. Esto ocurre cuando la persona tiene dificultades de movimiento que le impiden comer, y, al no recibir ningún tipo de ayuda para alimentarse, sufren las consecuencias en paralelo a las dolencias que los llevaron, inicialmente, al hospital. 

El mes del adulto mayor alcanza su final, pero todos los días del año son un buen momento para recordar el aporte tan valioso que puede dejarnos esta población. Además, el tener claro la situación de estas personas en nuestro país, puede darnos una idea de cómo será vivir hasta esa edad. La vejez nos acaba alcanzando a todos y, entre más protejamos a esta población, mejor resguardaremos nuestra calidad de vida a futuro.

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