Por Natalia Jiménez Segura |15 de octubre de 2021, 7:29 AM

La situación de los hogares de ancianos en Costa Rica preocupa cada día más: están saturados y sin suficiente presupuesto para garantizar todos los derechos de calidad de vida de esta población.

La mayoría de los hogares en el país se enfrentan a problemas económicos que les impiden brindar el nivel de atención necesario.

Y es que el problema empieza desde antes que la persona ingrese al centro. Cuando el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) hace una solicitud para ubicar a un anciano en un hogar de larga estancia, siempre le acompañan conflictos de espacio y dinero. 

En todo el territorio nacional hay 97 hogares de larga estancia para adultos mayores. Absolutamente todos estos son de carácter privado, sin embargo,  74 de ellos son considerados Organizaciones de Bienestar Social, por lo que reciben un subsidio del Conapam.

El resto del dinero deben conseguirlo por sus propios medios.

Infografía: En esos 74 hogares residen 2.763 personas, según información del Estado, número que ha venido aumentando año a año.

"Los hogares en este momento están bastante saturados y con el asunto de la pandemia se empeoró la situación porque ha habido que reubicar de emergencia muchas personas que se encuentran en hospitales", explicó Alexandra Villalobos, jefa de la Unidad de Gestión de Riesgo.

Para el Conapam, las soluciones para descongestionar estos espacios van de la mano del presupuesto: se necesita más dinero para que los hogares actuales se acondicionen para recibir a más población.

Sin embargo, eso es complicado porque el dinero es poco.

Un estudio indicó que cada adulto mayor en un espacio como estos puede mantenerse con 550 mil colones al mes. Eso sí, si está 'sano' y puede valerse por sí mismo. Si una persona es totalmente dependiente, el costo puede ser más elevado.

A pesar de esto, el monto que se les da por cada individuo es de 220.000 colones mensuales, menos de la mitad de lo mínimamente necesario.

"Desde el Conapam lo que hacemos es darle un subsidio, que los hogares de ancianos complementan muchas veces con la pensión de la persona adulta mayor, que la ley establece que pueden tomar hasta un 90% de esa pensión o mediante actividades que ellos puedan realizar para recolectar dinero", explicó.

Además de los hogares de ancianos, el Conapam subsidia a Centros Diurnos (atienden durante el día) y Redes de Cuido (llevan atención a las casas). En esos sitios se atienden 1.404 personas y 11.730 respectivamente. En estos casos, solo reciben apoyo económico del Estado los que sean considerados como en situación de pobreza o pobreza extrema.

La institución destina para las tres modalidades un total de 17.649 millones de colones anuales.

La raíz de las carencias: graves recortes al presupuesto

La Asociación Hogar de Ancianos de Tilarán es un claro ejemplo de las complicaciones que atraviesan estos centros.

Marita Jenkins, presidenta de la institución, aseguró que han sufrido todo el año debido a que al hogar le rebajaron 38 millones de colones que usualmente les entregaba la Junta de Protección Social (JPS) y 9 millones de colones del Conapam.

"No tenemos en este momento con qué pagar el personal, tenemos que estar buscando recursos propios para ir haciendo esos pagos. El personal es lo más duro que tenemos", dijo preocupada.

Esta rebaja ocurrió a nivel país debido a la afectación que sufrieron ambas instituciones por la pandemia del COVID-19. Al mes, pagan 10 millones de colones en salarios y pronto tendrán que pagar aguinaldos; algo que casi ni los deja dormir.

Es por esta razón que este centro no está saturado. Esto no es una buena noticia, ya que ocurre porque, al no contar con suficiente personal, no pueden completar todo su aforo disponible. Es decir, tienen espacio, pero no pueden pagar el personal.

"Tenemos capacidad para 45 personas y tenemos 32. Para cada 10 personas, debe pagarse un enfermero y nosotros tenemos solamente dos", explicó la presidenta.

Por su parte, Patricia Vega, administradora del hogar, aseguró que otra necesidad importante son los pañales. Utilizan, en promedio, 960 pañales por mes, lo que supone un alto gasto. Especialmente cuando se suma a los gastos que exigen los artículos de enfermería necesarios para tratar a los pacientes. 

Tener que solucionar los problemas más urgentes les ha obligado a posponer otros pendientes igual de importantes, que tienen que ver con la infraestructura. Las puertas, por ejemplo, están deterioradas por el comején, pero no tienen los fondos para cambiarlas. La prioridad que tienen es una: asegurarse de que cada mes haya suficiente dinero para pagar el alimento de los pacientes. Todo lo demás, dicen, tiene que pasar a segundo plano.

Ante estos escenarios, el Conapam asegura que está en la búsqueda constante de recursos, pensando en atender de la mejor manera a los adultos mayores del país y a los que están prontos a convertirse en ciudadanos de oro.

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