Por Juan José Herrera |17 de mayo de 2022, 7:49 AM

El nuevo presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Álvaro Ramos, pondrá sobre la mesa de discusión la posibilidad de una nueva reforma al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), que administra la mayoría de las pensiones del país.

Ramos, quien ya en el pasado estuvo al frente de la Superintendencia de Pensiones (SUPEN), se sentará a discutir con las autoridades de esa entidad para tener clara su opinión, no sobre el momento crítico del régimen, sino sobre su sostenibilidad en el tiempo.

Si bien aún no hay ninguna decisión tomada, el jerarca dejó claro que solo hay tres posibilidades para estabilizar al IVM: aumentar el porcentaje de la contribución, reducir los beneficios o variar la edad de jubilación.

“Tiene que seguir siendo una discusión paramétrica, de aporte, beneficios y la edad, pero en este momento yo siento que en el caso de la edad no hay que tomar decisiones todavía, la gente se empieza a asustar con 67 o 69 años, pero todavía no es el momento, lleguemos primero a los 65 realmente.

“¿(Aumentar) el aporte? Yo sí creo que lo único realista es ir planificando a una contribución del 15% o 16% del salario (hoy ronda el 11% entre Estado, trabajador y patrono). Para mí ese es el largo sostenible, pero en beneficio sí hay que hacer acomodos, aunque ya se hizo un poquito”, aseguró.

¿Insostenible?

En enero anterior se anunció que la reforma aprobada en 2021 al IVM entrará a regir en 2024, reforma que, entre otros, elimina el retiro anticipado para hombres y lo deja en 65 años, mientras que para mujeres el límite es el mismo, pero se acepta el anticipado a 63.

Además, la pensión se promedia ahora con los mejores 300 salarios de los cotizantes.

Esos y los demás cambios aprobados permitirían la sostenibilidad del régimen hasta 2050, según las estimaciones de la CCSS, una cifra en la que difiere SUPEN (2044).

Ramos insiste, en cambio, que la discusión no debe centrarse en esa fecha límite, pues bajo ningún escenario las pensiones se dejarán de pagar.

“Hay que conceptualizar un fondo de pensiones diferente a una empresa. Lo que uno llama una quiebra realmente no existe en un régimen como el IVM, lo que sí existe es cuán dramático tiene que ser el tipo de ajuste para cerrar la brecha, cuánto vas a tener que reducir las pensiones que otorgás, cuán rápido tendrás que incrementar los aportes del trabajador, toda es la discusión que podés tener si te quedás cruzado de brazos y no hacés nada, pero lo que no va a pasar, y esto lo digo con total contundencia, es que en 2044 digás 'no se le paga una pensión a nadie más'”, aseveró.

El jerarca reconoció que la posibilidad de plantear un aumento en la contribución o una disminución en los beneficios de la pensión será sin duda un tema impopular, pero que la discusión debe informarse bien y enfocarse no en la popularidad, sino en la responsabilidad.

“Una decisión es impopular cuando no se comunica bien, obviamente hay decisiones que son de plano impopulares, difíciles, pero creo que de eso se trata la responsabilidad de uno para con la población. Lo que no es necesario es un discurso apocalíptico de crisis total, no es que se van a acabar las pensiones, pero ¿cuánto esfuerzo económico está dispuesto a hacer para sostenerlas?”, finalizó.