Por Juan José Herrera |1 de marzo de 2022, 16:36 PM

Con el voto afirmativo de 35 diputados la Asamblea Legislativa aprobó nuevamente esta tarde en segundo debate el proyecto de ley para legalizar el cultivo y comercio del cannabis medicinal, y el cáñamo industrial, en Costa Rica.

La polémica propuesta dejó atrás el veto parcial que el Gobierno le dio al proyecto semanas atrás, aduciendo riesgos de seguridad y salud pública por los apartados de autoconsumo y autocultivo del cannabis.

Así, el texto aprobado eliminó los dos artículos que referían a esos temas y también el inciso sobre las licencias de cáñamo, que ahora serán necesarias para los productores que quieran ingresar en ese mercado.

“El proyecto bajó significativamente su calidad, lo que hizo el Poder Ejecutivo con este texto que se te terminó aceptando fue una doble bofetada, primero en lo técnico porque no les dio la gana de informarse, pero también una bofetada al procedimiento legislativo, porque el Poder Ejecutivo nunca se comunicó con la comisión para expresar sus preocupaciones o enriquecer el texto”, cuestionó la independiente Paola Vega, presidenta de la Comisión de Ambiente.

Vega ya había cuestionado con dureza las razones de ese veto, expresando que hubo “ignorancia y prejuicios” en las justificaciones de los ministros de Salud y Seguridad.

Añadió, además, que las licencias para el cáñamo también arrastran esos mismos vicios, al poner requisitos para un producto que es igual que una papa o una piña.

Zoila Rosa Volio, proponente de la iniciativa, agradeció a todas las personas que a lo largo de cuatro años la acompañaron en esa lucha, recordando que al inicio fue víctima de burlas y críticas desde diferentes frentes.

“Este ha sido un proceso de sumar, más que uno aislado”, dijo Volio tras agradecer a todas las personas que la apoyaron en la construcción y aprobación de la iniciativa.

En detalle

Entre otras, el proyecto establece que para el caso del cannabis medicinal este se permitirá siempre y cuando el THC (componente psicoactivo) no supere concentraciones de 1%.

También se avalará la importación de semillas de variedades psicoactivas para su venta como materia prima a la CCSS o para su exportación a terceros países donde se permite el comercio lícito de estos productos.

Las licencias de comercio y cultivo para esta industria se otorgarán por seis años y podrán renovarse por periodos idénticos.

Un 40% de esas licencias agrícolas irán dirigidas a Mipymes, organizaciones de pequeños y medianos productores, cooperativas agrícolas o asociaciones de desarrollo indígena.

Esos permisos, además, se limitarán a uno por persona física o jurídica.

La industria del cannabis y el cáñamo tendrá un impuesto del 1% sobre las utilidades de las actividades derivadas de la futura ley.

Esos recursos serán adicionales al impuesto de la renta y se repartirán entre diferentes instituciones como el Ministerio de Salud, Agricultura y Ganadería y Instituto Costarricense sobre Drogas (todos con 10%), un 20% para la CCSS y un 30% para el Fondo Nacional de Desarrollo del Sistema Banca para el Desarrollo.

El proyecto, según estadísticas de Procomer, le abre las puertas a Costa Rica a un mercado mundial que movería $35 mil millones para 2025.

El proyecto regresará nuevamente ahora al Poder Ejecutivo para su firma y posterior publicación en el diario oficial La Gaceta.