Por Juan José Herrera |24 de febrero de 2022, 16:24 PM

Los diputados aprobaron nuevamente esta tarde el proyecto de ley que legaliza el cultivo y comercio de cannabis medicinal y cáñamo industrial en el país.

Luego de acoger el veto parcial que el Gobierno le dio a la iniciativa semanas atrás, el Plenario volvió a discutir por el fondo el expediente junto a las nuevas modificaciones, que incluye la eliminación de los permisos de autoconsumo y el cultivo en el caso del cannabis y la exigencia de licencias para el caso del cáñamo.

Ese veto, que fue cuestionado por una mayoría de legisladores, consiguió, sin embargo, que se acogieran las razones con las que el presidente Carlos Alvarado justificó esa decisión, y que apuntaban a que mantener esos artículos e incisos suponían un riesgo para la salud y seguridad pública, afirmación que respaldaron los ministros de esas dos carteras.

Específicamente, el proyecto aprobado hoy ya no permite que pacientes que requieran del consumo de cannabis para uso medicinal puedan cultivarlo, sino que delega en las autoridades de salud la prescripción y otorgamiento de este.

En cuanto a las licencias de cáñamo, estas habían sido eliminadas del proyecto anteriormente votado como una forma de apoyar a pequeños empresarios que quisieran incursionar en la industria, eliminando así trabas que, según los legisladores, podrían resultar insuperables para productores de escaso capital.

El diputado José María Villalta aclaró que la decisión de acoger ese veto parcial y aprobar esos cambios no fue voluntaria, sino que respondió a la amenaza de fracciones como Restauración Nacional o el bloque Nueva República a no dar sus votos si el proyecto no era corregido.

“No es que aceptemos el veto, es que para desconocer ese veto y poder aprobar la ley era necesario contar con 38 votos para el resello, pero esos 38 votos no los tenemos, entonces ante esa situación teníamos dos opciones: renunciar al proyecto de ley o decir ‘del ahogado el sombrero’ y aprobar la ley con los cambios exigidos aunque uno no los comparta”, aseveró.

Villalta reclamó que al no tener un componente psicoactivo elevado, es injusto que el cáñamo necesite una licencia especial de cultivo y comercio que no tienen otros productos y que esa exigencia solo serviría para “darle poder a burócratas ineficientes”.

Otros como la independiente Paola Vega reclamaron que las razones del Ejecutivo fueron “penosas”, específicamente cuando el ministro de Seguridad, Michael Soto, dijo ser incapaz de reconocer las diferencias entre una mata de marihuana y una de cáñamo; o cuando su par de Salud, Daniel Salas, reclamó que el autocultivo podría suponer un riesgo para la salud si una persona consume “ocho matas”.

El proyecto sería votado en segundo debate el martes de la próxima semana.